BEAVERCREEK. — Mientras los equipos de emergencias luchaban contra incendios que han matado al menos a 35 personas, destruido barrios enteros y envuelto en humo la costa oeste de Estados Unidos, una segunda batalla empezaba a cobrar forma: gobernadores demócratas y el presidente Donald Trump chocaban sobre el papel del cambio climático en el fenómeno antes de la visita del mandatario a California el lunes.
Los estados de California, Oregon y Washington han sufrido incendios forestales históricos, que han ardido más rápido y en más superficie que nunca. Numerosos estudios en los últimos años han asociado tales incendios con el calentamiento global derivado de la quema de carbón, petróleo y gas.
Los gobernadores demócratas afirman que los incendios son una consecuencia del cambio climático, al hacer que la calidad del aire en Portland, Oregon, Seattle y San Francisco esté entre las peores del mundo. El gobierno de Trump y los republicanos atribuyen el fenomeno a una mala gestión forestal.
Trump estará en McClellan Park, una antigua base aérea a las afueras de Sacramento, California, indicó el vocero de la Casa Blanca Judd Deere. La oficina del gobernador de California, Gavin Newsom, dijo que se reunirá con el mandatario.
Los gobernadores no se han andado con rodeos: el gobernador de Washington, Jay Inslee, describió el domingo el cambio climático como “un soplete sobre nuestros estados del oeste”.
“Es enloquecedor ahora mismo que cuando tenemos este desafío cósmico en nuestras comunidades, con toda la costa oeste de Estados Unidos en llamas, tener un presidente que niega que estos no son simplemente incendios forestales, son incendios climáticos”, afirmó Inslee el domingo en el programa de ABC “This Week”.
Mientras Newsom visitaba un paisaje fantasmagórico destruido por las llamas el viernes, condenó las “pamplinas ideológicas” de los que niegan el peligro.
“El debate en torno al cambio climático ha terminado. Simplemente vengan al estado de California, obsérvenlo con sus propios ojos”, dijo.
Newsom señaló que apenas el mes pasado, California tuvo su agosto más caluroso, con una temperatura en el Valle de la Muerte que batió un récord mundial. El estado registró 14 mil impactos de rayos que prendieron cientos de fuegos, algunos de los cuales se combinaron para crear cinco de los 10 incendios más grandes jamás registrados en el estado. Y sufrió olas de calor consecutivas.
La gobernadora de Oregon, Kate Brown, dijo que normalmente arden unos 500 mil acres al año (unas 202 mil hectáreas), pero que la semana pasada las llamas consumieron más de 1 millón de acres (404 mil hectáreas), tras una larga seguía y bruscos cambios de temperatura en el estado.
“Eso es de verdad la señal de alarma del cambio climático en la Costa Oeste”, dijo el domingo en el programa de CBS “Face the Nation”. “Y es un toque de atención para todos nosotros, de que tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para hacer frente al cambio climático”.
En un mitin en Nevada, Trump culpó a la forma en la que los estados gestionan el terreno, afirmando que “se trata de gestión forestal”. El asesor de la Casa Blanca Peter Navarro repitió ese argumento el domingo en “State of the Union”, en CNN, afirmando que durante muchos años en California “especialmente por recortes de presupuesto, no había intención de gestionar nuestros bosques”.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, acusó a Trump de perpetuar la mentira de que la gestión forestal por sí sola puede evitar los enormes incendios de los últimos años. Señaló a la sequía y a la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono.
“Si crees que el cambio climático no es real, habla con un bombero”, dijo el alcalde demócrata en “State of the Union”, de CNN.
No está claro si el calentamiento global causó las condiciones de sequía y viento que han avivado los incendios en la región, pero un aumento de la temperatura global puede aumentar la probabilidad de fenómenos extremos y hacerlos más graves, explicó Greg Jones, profesor y climatólogo de investigación en la Universidad Linfield, en McMinnville, Oregon.
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BEAVERCREEK. — Mientras los equipos de emergencias luchaban contra incendios que han matado al menos a 35 personas, destruido barrios enteros y envuelto en humo la costa oeste de Estados Unidos, una segunda batalla empezaba a cobrar forma: gobernadores demócratas y el presidente Donald Trump chocaban sobre el papel del cambio climático en el fenómeno antes de la visita del mandatario a California el lunes.
Los estados de California, Oregon y Washington han sufrido incendios forestales históricos, que han ardido más rápido y en más superficie que nunca. Numerosos estudios en los últimos años han asociado tales incendios con el calentamiento global derivado de la quema de carbón, petróleo y gas.
Los gobernadores demócratas afirman que los incendios son una consecuencia del cambio climático, al hacer que la calidad del aire en Portland, Oregon, Seattle y San Francisco esté entre las peores del mundo. El gobierno de Trump y los republicanos atribuyen el fenomeno a una mala gestión forestal.
Trump estará en McClellan Park, una antigua base aérea a las afueras de Sacramento, California, indicó el vocero de la Casa Blanca Judd Deere. La oficina del gobernador de California, Gavin Newsom, dijo que se reunirá con el mandatario.
Los gobernadores no se han andado con rodeos: el gobernador de Washington, Jay Inslee, describió el domingo el cambio climático como “un soplete sobre nuestros estados del oeste”.
“Es enloquecedor ahora mismo que cuando tenemos este desafío cósmico en nuestras comunidades, con toda la costa oeste de Estados Unidos en llamas, tener un presidente que niega que estos no son simplemente incendios forestales, son incendios climáticos”, afirmó Inslee el domingo en el programa de ABC “This Week”.
Mientras Newsom visitaba un paisaje fantasmagórico destruido por las llamas el viernes, condenó las “pamplinas ideológicas” de los que niegan el peligro.
“El debate en torno al cambio climático ha terminado. Simplemente vengan al estado de California, obsérvenlo con sus propios ojos”, dijo.
Newsom señaló que apenas el mes pasado, California tuvo su agosto más caluroso, con una temperatura en el Valle de la Muerte que batió un récord mundial. El estado registró 14 mil impactos de rayos que prendieron cientos de fuegos, algunos de los cuales se combinaron para crear cinco de los 10 incendios más grandes jamás registrados en el estado. Y sufrió olas de calor consecutivas.
La gobernadora de Oregon, Kate Brown, dijo que normalmente arden unos 500 mil acres al año (unas 202 mil hectáreas), pero que la semana pasada las llamas consumieron más de 1 millón de acres (404 mil hectáreas), tras una larga seguía y bruscos cambios de temperatura en el estado.
“Eso es de verdad la señal de alarma del cambio climático en la Costa Oeste”, dijo el domingo en el programa de CBS “Face the Nation”. “Y es un toque de atención para todos nosotros, de que tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para hacer frente al cambio climático”.
En un mitin en Nevada, Trump culpó a la forma en la que los estados gestionan el terreno, afirmando que “se trata de gestión forestal”. El asesor de la Casa Blanca Peter Navarro repitió ese argumento el domingo en “State of the Union”, en CNN, afirmando que durante muchos años en California “especialmente por recortes de presupuesto, no había intención de gestionar nuestros bosques”.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, acusó a Trump de perpetuar la mentira de que la gestión forestal por sí sola puede evitar los enormes incendios de los últimos años. Señaló a la sequía y a la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono.
“Si crees que el cambio climático no es real, habla con un bombero”, dijo el alcalde demócrata en “State of the Union”, de CNN.
No está claro si el calentamiento global causó las condiciones de sequía y viento que han avivado los incendios en la región, pero un aumento de la temperatura global puede aumentar la probabilidad de fenómenos extremos y hacerlos más graves, explicó Greg Jones, profesor y climatólogo de investigación en la Universidad Linfield, en McMinnville, Oregon.
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