ESTADOS UNIDOS. — En una amplia región del sur de Estados Unidos que va desde Texas a Maryland, una sequía agravada este verano por unas temperaturas récord está sembrando una preocupación cada vez mayor entre ganaderos y productores de algodón y maíz.
Uno de los lugares más secos es el condado de Bartow, Georgia, al noroeste de Atlanta, donde la extrema sequía ha levantado mucho polvo y devastado los pastos para ganado. Es una de las zonas más afectadas en los más de 12 estados sureños donde más de 45 millones de personas viven con algún grado de sequía, según el último reporte del Servicio de Seguimiento de Sequías de Estados Unidos.
En todo el sur, la sequía ha acabado con los pastos de los que se alimenta el ganado. La mayoría de esas tierras están en un mal o muy mal estado en Georgia, Alabama, Kentucky, Tennessee, las carolinas y Virginia Occidental, de acuerdo con el último reporte de cosechas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. El estado de pastos y las zonas montañosas era aún peor en Virginia, donde el 71 por ciento de la tierra estaba en mal o muy mal estado.
“Si no tenemos suficiente lluvia y los pastos no se recuperan, estaremos recurriendo al heno para invierno antes de tiempo, o tendremos que liquidar algo de ganado”, explicó Dean Bagwell, ganadero vacuno en el condado de Bartow.
“Es frustrante el clima, y se complica con que los precios del ganado no están tan algos como nos gusta verlos”, comentó. “De modo que si te ves obligado a vender, vas a tener menos ingresos. Todo contribuye a la frustración de intentar ganarse la vida como ganadero”.
En una granja a la que la gente acude a ver canguros, camellos y otros animales en Cartersville, Georgia, el propietario, Scott Allen, señala al lecho seco y agrietado de un pequeño arroyo que antes fluía cerca del recinto de sus cebras.
“Probablemente han pasado más de 60 días desde que tuvimos una precipitación significativa”, dijo Allen. “El polvo es implacable”.
Los animales están bien, señaló, pero ahora necesita utilizar agua de la red municipal porque la sequía ha secado casi del todo los manantiales en la granja.
También las cosechas están acusando el golpe. Casi un cuarto de la cosecha de algodón en Texas está en mal o muy mal estado, según el reporte del Departamento de Agricultura.
En Texas, más de 13 millones de personas más de la mitad de la población del estado viven en condiciones de sequía, según el estudio. Y en las últimas semanas la situación de sequía extrema se ha extendido a varias zonas más del centro y este de Texas.
Otro estado castigado es Carolina del Norte, donde el 40 por ciento del algodón y el 30 por ciento del maíz están en mal o muy mal estado. En Georgia, casi el 20 por ciento de la cosecha de maní está en mal o muy mal estado, según el reporte.
El calor ha jugado un papel importante, según los expertos. En agosto, la alta temperatura y la humedad dispararon los índices de calor en todo el sur de Estados Unidos. El índice de calor, que indica la sensación térmica, subió a 49,4 grados Celsius en Clarksdale, Mississippi, el 12 de agosto. En octubre sigue haciendo calor, con temperaturas récord para esta época desde que comenzó el mes. Varias ciudades de Alabama han registrado este año su temperatura más alta jamás documentada en octubre.
Este jueves se esperaba otro reporte sobre la sequía detallando los daños que ya ha causado, pero ahora a Bagwell y otros ganaderos les preocupan las perspectivas en el largo plazo, porque finales de octubre está entre las épocas más secas del año en el sur. Hay un atisbo de esperanza: previsiones que apuntan a precipitaciones por encima de lo normal en la región este mes, según el Centro de Predicción del Clima.
Se espera que en los próximos años, el cambio climático agrave la intensidad y frecuencia de las sequías, según advirtieron los científicos en el Análisis Nacional de Clima publicado el año pasado por la Casa Blanca.
Se espera que las olas de calor como la que batió récords este verano en el sur de Estados Unidos- castiguen esta región más que a otras en los próximos años, según el informe.
Entre las ciudades especialmente en riesgo están Memphis, Tennessee, y Raleigh, Carolina del Norte. Nueva Orleans y Bimingham, Alabama, también aparecen mencionadas como ciudades con tendencia a sufrir olas de calor más intensas y frecuentes.
En la desmotadora de algodón Tri-County de Cartersville, una de las últimas de su clase que quedan en el norte de Georgia, el polvo rojizo cubría la camioneta descubierta desde la que el propietario, David Smith, miraba hacia delante, reflexionando sobre la situación.
“No es un completo y absoluto desastre, pero hay lugares que están sufriendo mucho”, dijo.
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