SOCHI. — Decenas de miles de vacacionistas en Rusia y Ucrania visitan las playas del mar Negro sin prestar mucha atención a las medidas de salud pública pese a que las cifras de casos de coronavirus reportados se mantienen elevadas en ambos países.
Desesperados por tomar un respiro del confinamiento debido a meses de cuarentena, pocos usaban mascarillas o intentaban mantener la distancia social mientras disfrutan del sol en las playas atiborradas de la ciudad rusa de Sochi y del puerto ucraniano de Odessa.
Aunque los destinos populares para vacacionar en Europa continúan cerrados a turistas rusos y ucranianos mientras las naciones europeas cuidadosamente levantan las restricciones a los extranjeros, los centros turísticos del mar Negro en Rusia y Ucrania están en su máxima capacidad debido al turismo nacional.
“Solemos ir al extranjero: los Emiratos, Túnez, Turquía,y sí planeábamos volver este año”, dijo la rusa Tatyana Kofler, quien pasa su descanso de verano en Sochi. “Pero luego cambiaron nuestros planes”.
Los propietarios de las playas que cobran una cuota colocan sillas de playa con el espacio requerido, pero en las playas públicas de la ciudad pocos turistas parecían preocupados por tratar de evitar el COVID-19 al mantener una distancia segura.
Los propietarios de hoteles estaban contentos por la bonanza y los precios de las habitaciones van en aumento.
“Nuestro hotel está reservado por completo y las proyecciones son muy optimistas, porque las reservaciones preliminares indican que la carga permanecerá muy buena hasta noviembre”, indicó David Vardanyan, propietario de un hotel en Sochi.
Anteriormente, muchos rusos que viven en la parte oriental de un país que abarca 11 husos horarios vacacionaban en Tailandia, China o Vietnam para ahorrar dinero en aviones. Esos destinos también siguen cerrados por ahora para extranjeros, lo que contribuye al aumento en la cantidad de personas que se dirigen hacia el occidente a Sochi y la península Crimea que Rusia se anexó de Ucrania en 2014.
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SOCHI. — Decenas de miles de vacacionistas en Rusia y Ucrania visitan las playas del mar Negro sin prestar mucha atención a las medidas de salud pública pese a que las cifras de casos de coronavirus reportados se mantienen elevadas en ambos países.
Desesperados por tomar un respiro del confinamiento debido a meses de cuarentena, pocos usaban mascarillas o intentaban mantener la distancia social mientras disfrutan del sol en las playas atiborradas de la ciudad rusa de Sochi y del puerto ucraniano de Odessa.
Aunque los destinos populares para vacacionar en Europa continúan cerrados a turistas rusos y ucranianos mientras las naciones europeas cuidadosamente levantan las restricciones a los extranjeros, los centros turísticos del mar Negro en Rusia y Ucrania están en su máxima capacidad debido al turismo nacional.
“Solemos ir al extranjero: los Emiratos, Túnez, Turquía,y sí planeábamos volver este año”, dijo la rusa Tatyana Kofler, quien pasa su descanso de verano en Sochi. “Pero luego cambiaron nuestros planes”.
Los propietarios de las playas que cobran una cuota colocan sillas de playa con el espacio requerido, pero en las playas públicas de la ciudad pocos turistas parecían preocupados por tratar de evitar el COVID-19 al mantener una distancia segura.
Los propietarios de hoteles estaban contentos por la bonanza y los precios de las habitaciones van en aumento.
“Nuestro hotel está reservado por completo y las proyecciones son muy optimistas, porque las reservaciones preliminares indican que la carga permanecerá muy buena hasta noviembre”, indicó David Vardanyan, propietario de un hotel en Sochi.
Anteriormente, muchos rusos que viven en la parte oriental de un país que abarca 11 husos horarios vacacionaban en Tailandia, China o Vietnam para ahorrar dinero en aviones. Esos destinos también siguen cerrados por ahora para extranjeros, lo que contribuye al aumento en la cantidad de personas que se dirigen hacia el occidente a Sochi y la península Crimea que Rusia se anexó de Ucrania en 2014.
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