El submarino Titán que era comandado por la empresa Ocean Gate que desapareció durante el domingo 18 de junio cuando se encontraba en una expedición cercana al lugar dónde se encuentran los restos del Titanic pudo implosionar.
La empresa mencionó en un comunicado de prensa que fueron encontrados los restos de los 5 pasajeros que iban a bordo de este sumergible, además de que se observaron partes del mismo submarino.
La implosión, es lo contrario a una explosión, lo que significa que en lugar de que las partículas y restos del objeto que sufre este fenómeno sean lanzadas hacia el entorno dónde está, estas son disparadas hacía dentro del mismo objeto, lo que genera una disminución brusca del tamaño del objeto, en este caso el submarino.
En el caso del Titán, lo que se menciona es que al culminarse el oxigeno que llevaba dentro, las paredes no lograron contener la presión atmosférica que ejerce la profundidad marina, por ello fue reduciendo su tamaño al punto de implosionar.
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Estas teorías fueron lanzadas por algunos expertos de las profundidades marinas, como es el caso de Harris, un hombre que ha llegado en varias ocasiones al Titanic, mencionó en una entrevista con Fox News que la presión ejercida en dicha profundidad dañó la estructura del Titán, porque se pudo superar la resistencia de la misma.
Esto pudo generar las ondas que pudieron ser detectadas por las herramientas que anuncian cuando sucede un sismo y se pudieron confundir con las señales por parte de las personas que se encontraban a bordo del mismo.
Desde que se perdió la comunicación y el rastro del mismo, algunos organismos internacionales lanzaron equipos de búsqueda con la intención de localizar el sumergible y las personas que se encontraban dentro de él, aunque ninguna de estas tuvo éxito.
Los cálculos que realizaron sobre el oxigeno dentro del sumergible, mencionaban que terminarían el jueves 22 de junio por la mañana, por ello era crucial encontrarlos antes de que esto sucediera, lo cual no se logró.
JB