Un devastador incendio se extendió por los atestados edificios de un antiguo distrito de compras de Daca, la capital de Bangladesh, matando a al menos 81 personas, dijeron autoridades y testigos.
El fuego, que afectó a la zona de Chawkbazar, tardó más de 10 horas en ser controlado. Hasta el momento hay alrededor de 50 heridos, muchos de ellos tienen quemaduras graves.
El distrito se caracteriza por tener edificios separados por callejones estrechos, con viviendas sobre las tiendas, restaurantes o almacenes que dan a la calle.
"Estaba hablando con un cliente y de pronto me gritó: '¡Fuego! ¡Fuego!'", dijo Javed Hossain, un sobreviviente que regresó para evaluar las perdidas en su tienda de alimentación el jueves en la tarde. "Dije 'Oh, Dios', en una fracción de segundo el fuego atrapó mi tienda”.
El hermano de Hossain lo tomó por la mano y saltaron a la calle antes de que el establecimiento quedara envuelto en llamas.
En el exterior del arrasado comercio, la calle estaba llena de vehículos calcinados, piezas de metal y plástico que todavía ardían y cientos de botes de desodorante corporal.
Cuerpos atrapados y sin identificar
Muchas de las víctimas quedaron atrapadas dentro de los inmuebles, apuntó Mahfuz Riben, funcionario de la sala de control del Departamento de Bomberos y Protección Civil de Daca.
"Nuestros equipos están trabajando allí, pero muchos de los cuerpos recuperados no se pueden identificar. Nuestra gente está utilizando bolsas para trasladarlos a la morgue del hospital. Esta es una situación muy difícil”, contó.
Los servicios de emergencia tuvieron problemas para llegar a la zona en parte porque las calles próximas estaban cerradas por el feriado nacional de hoy.
Según las autoridades, el cierre de las calles empeoró el tránsito, que a su vez ralentizó la llegada de algunos de los camiones de bomberos a la zona.
La mayoría de los edificios de Chawkbazar se utilizaban tanto para fines comerciales como residenciales pese a las advertencias de posibles muertes por incendios tras uno que dejó al menos 123 fallecidos en 2010. Las autoridades se habían comprometido a regular los inmuebles y alejar los almacenes de productos químicos de los edificios residenciales.