Dana McGregor, un instructor de 44 años, proveniente de California, decidió incorporar cabras a la práctica del surf, después de que vio una oportunidad para el aprendizaje en las características de estas especies.
“Tienen un equilibrio increíble. Tienen unas pezuñas que les permiten agarrarse a la tabla”, mencionó McGregor.
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Una surfista llamada Rebekah Abern, quedó sorprendida al surfear por primera vez las olas de California junto a Chupacabrah, una cabra negra que la acompañaba al firme en el mar.
Chupacabrah, de un año de edad, cumplió un papel importante en la incursión marítima de Abern, ya que le enseñó que a pesar de los altos y bajos del mar, hay que relajarse para mantener el equilibrio.
“Ella sabía posicionarse, es obvio que tiene práctica. Se nota que la estaba pasando bien”, dijo Abern en Pismo Beach, un balneario a unos 285 kilómetros de Los Ángeles.
Abern estaba muy emocionada, ya que creía que surfear con cabras era una locura, e incluso se rio a carcajadas jutno a su amiga, quien también se lanzó al mar junto a la calmada Chupacabrah.
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Cabe señalar que la relación de McGregor con estos cuadrúpedos empezó en 2011 cuando compró una cabra para que se comiera las malas hierbas que invadían la casa de su madre, y a pesar de que el destino del animal sería la parrilla, el surfista terminó encariñándose con él y lo adoptó como mascota.
En uno de sus cumpleaños, McGregor tuvo la idea de llevar a Goatee a surfear, y ara su sorpresa, la cabra dominó su primera ola sin inconvenientes.
“Me sentí como el cielo en la tierra, como si hubiese pasado algo sobrenatural. Pensé ‘vaya, este animal jamás habría tenido la oportunidad de surfear’”, explicó McGregor.
Goatee murió tiempo atrás, pero el vínculo emocional con la especia se mantuvo y el surfista adoptó otras cabras con quienes ha compartido muchas aventuras acuáticas.
AA