Japón anunció el lunes que iba a contactar con los rebeldes hutíes de Yemen apoyados por Irán que la víspera capturaron en el mar Rojo un barco con 25 tripulantes operado por un grupo japonés y cuyo propietario es israelí.
Unos días antes de la captura, los hutíes amenazaron con atacar a embarcaciones israelíes en esas aguas estratégicas situadas entre el noreste de África y la península arábiga, como represalia al conflicto entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza.
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La guerra estalló tras el ataque sin precedentes del grupo islamista palestino en Israel el 7 de octubre, que dejó cerca de mil 200 muertos, según las autoridades israelíes.
El carguero capturado el domingo está operado por una empresa japonesa, lo que llevó a Tokio a intervenir directamente ante los rebeldes.
Japón está en "comunicación con Israel y además de los contactos directos con los hutíes, pedimos encarecidamente a Arabia Saudita, Omán, Irán y a los demás países concernidos que insten a los hutíes para que liberen rápidamente el barco y a los miembros de la tripulación", declaró el lunes el ministro japonés de Relaciones Exteriores, Yoko Kamikawa.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, indicó el domingo que el buque pertenece a una empresa británica y que era operado por un grupo japonés.
Además indicó que la tripulación está compuesta por 25 miembros de diversas nacionalidades, entre ellos ucranianos, búlgaros, filipinos y mexicanos.
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La cancillería de México confirmó en un comunicado que hay dos de sus ciudadanos entre la tripulación y que la embajada del país en Arabia Saudita realiza gestiones diplomáticas para corroborar su situación.
Añadió que la embajada se ha comunicado con "otros países involucrados para allegarse de información, y realizar gestiones que conduzcan a la liberación de los tripulantes que se encuentran en dicha embarcación".
MQ