La gestión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está considerando una ayuda para México el próximo año por 109.7 millones de dólares, equivalente a poco más de 2 mil 200 millones de pesos. El objetivo primordial es apoyar sus acciones de combate al tráfico de fentanilo.
Otras metas detalladas en la ayuda monetaria son fortalecer el Estado de Derecho, atender la crisis migratoria e impulsar políticas ambientales.
¿Cómo planea Biden distribuir los fondos para México?
Los recursos se canalizarán al país mediante el Departamento de Estado y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
La mayoría de los fondos se desembolsará a través de dos canales: 54 millones de dólares mediante el Fondo de Apoyo Económico (ESF, por sus siglas en inglés) y 53 millones vía programas de la Oficina de Control Internacional de Narcóticos y Aplicación de la Ley.
Además, la administración Biden planea dar al país 1.7 millones de dólares para educación y capacitación militar internacional, más otro millón a programas de no proliferación, antiterrorismo, antiminas y relacionados con capacitación de fuerzas estatales.
“En comparación con la asignación estimada para el año fiscal 2023, la ayuda a México aumentaría en 5.1 millones (4.9 por ciento) para el año fiscal 2025, en gran medida debido a un aumento propuesto en la ayuda INCLE”, se lee en un documento publicado por el Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos, al que TELEDIARIO tuvo acceso.
A su vez, el dinero se tendría que destinar a fortalecer la capacidad de las autoridades mexicanas para investigar violaciones graves de derechos humanos, incluidas las desapariciones.
Los republicanos pondrán condiciones para los fondos destinados a México
Sin embargo, el Congreso estadunidense, que tendrá mayoría republicana, prevé imponer restricciones para el apoyo hacia nuestro país.
México deberá acatar medidas “para reducir la cantidad de fentanilo que llega a la frontera entre Estados Unidos y México, desmantelar las organizaciones criminales transnacionales, apoyar las operaciones antinarcóticos conjuntas y el intercambio de inteligencia con los Estados Unidos, y respetar las solicitudes de extradición de los Estados Unidos”.
Los parámetros de avance deberán ser constatados por el Departamento de Estado norteamericano.
Ante el inminente regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, quien ha amenazado a México con aranceles elevados si persiste el tráfico de fentanilo y el tránsito de migrantes sin documentación, el gobierno de Claudia Sheinbaum presumió recientemente el decomiso de más de una tonelada del opioide sintético, equivalente a 20 millones de dosis, lo que lo convierte en el más grande de la historia.
El golpe del Ejército Mexicano se dio en Sinaloa, estado víctima de la guerra entre dos facciones: Los Chapitos y La Mayiza del Cártel fundado por el Chapo Guzmán e Ismael Zambada.
El conflicto inició a finales de julio, luego de que Estados Unidos detuviera a su fundador, Ismael El Mayo Zambada, en territorio mexicano. Esta organización criminal es una de las mayores exportadoras de fentanilo a Estados Unidos, junto con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), dirigido por Nemesio Oseguera El Mencho.
Otro golpe policial fue la Operación Enjambre, una serie de arrestos realizados en noviembre. En 12 municipios del Estado de México policías estatales y Guardia Nacional detuvieron a varios funcionarios municipales (incluida una alcaldesa y mandos policíacos), acusados de colaborar con el crimen organizado.
Estados Unidos ayuda según sus intereses internacionales
Estados Unidos ha sido durante muchos años un importante donante de asistencia social para los países de América Latina y el Caribe. Entre 1946 y 2022 proporcionó poco más de 228 mil millones de dólares de ayuda para la región.
No obstante, el financiamiento estadunidense ha cambiado en estos 76 años, según los intereses geopolíticos de esa nación: desde la lucha contra la influencia de la Unión Soviética durante la Guerra Fría, hasta la guerra contra las drogas, la promoción de la democracia y los mercados abiertos durante el auge del neoliberalismo.
El apoyo a Latinoamérica comenzó a crecer desde la década de 1960 con el programa de ayuda económica y social denominado Alianza para el Progreso, impulsado por el presidente John F. Kennedy para contrarrestar la influencia soviética y cubana en la región, luego del triunfo de Fidel Castro en la isla caribeña.
Los flujos de dinero volvieron a crecer tras la toma del poder en Nicaragua por los sandinistas, en 1979, además de la posterior invasión militar estadunidense a Panamá en 1989, con la llamada ‘Operación Causa Justa’.
“A lo largo de la década de 1980, Estados Unidos brindó un apoyo considerable a los gobiernos centroamericanos que luchaban contra las insurgencias de izquierda para evitar que potenciales aliados soviéticos establecieran puntos de apoyo políticos o militares en la región”, enfatizó un documento publicado por el Congreso estadunidense.
Tras la disolución de la Unión Soviética y la culminación de los conflictos civiles centroamericanos, los flujos de asistencia disminuyeron.
México, el vecino incómodo
El financiamiento hacia México creció con la lucha contra el narcotráfico, en específico con la llamada Iniciativa Mérida, un programa de cooperación de seguridad en el contexto de la “guerra contra el narco”, declarada por el expresidente Felipe Calderón y continuada por Enrique Peña Nieto.
A la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder, la estrategia gubernamental cambió con el país vecino. El Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras, acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos, lanzado en octubre de 2021, fue la guía de las relaciones entre ambas naciones. Enfocado en atender las causas sociales de la violencia y abordar el problema desde un enfoque de salud pública y desarrollo.
¿Cuáles son las prioridades de Estados Unidos con México para otorgar la ayuda financiera?
Según el informe, las prioridades del gobierno estadunidense serán “combatir las drogas ilícitas y fortalecer el Estado de derecho” en México.
Estas prioridades representan casi el 75 por ciento de los 2 mil 200 millones de dólares en asistencia exterior para América Latina y el Caribe solicitada al Congreso por Joe Biden para 2025.
Sin embargo, ese año sería el primero en la Casa Blanca de Donald Trump.
EB