España. – Hace seis meses Verena era una adolescente de 16 años con una vida normal propia de su edad, sin embargo, en octubre de 2020 se contagió de COVID-19 y como secuela de esta enfermedad, la joven padece un ataque de tos continuo que la lleva a permanecer confinada permanentemente en su casa.
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La joven comenzó a toser de manera persistente cada dos segundo, una extraña secuela que ha truncado su vida.
“Llevaba tres días encontrándome mal, a la mañana siguiente me desperté y no podía parar de toser, hasta ahora”, relata Verena.
Un equipo médico estudia si el problema de esta estudiante es neurológico. La joven explica que también sufre terribles dolores de cabeza y problemas musculares. “Mi vida cambió completamente, pero todavía no hay un diagnóstico claro. No puedo ir a clase, no puedo ir al cine, no puedo salir con mis amigas a comer, no puede hacer nada", cuenta la joven, angustiada.
La adolescente de 16 años explicó que cuando duerme deja de toser, pero al despertar de nuevo comienza a toser. Tampoco puede comer con normalidad, ya que todo lo expulsa.
Verena sufre secuelas del COVID-19
El padre de la joven contó a medios españoles que su hija no escucha ni ve bien por culpa de esta secuela. "Como padres, lo estamos pasando mal. Ella está en tratamiento psicológico y aguantar todo lo que está haciendo es para ponerle un monumento", aseguró.
La joven explicó que tras ser diagnosticada con COVID-19 no presentó sintomatología especial a lo largo de la enfermedad. “Tuve poca fiebre”, aclara. Pero tres días después empezó a experimentar un fuerte dolor de garganta y a toser.
Este es el primer caso de tos persistente post COVID-19 que se conoce en España y al parecer en todo el mundo.
El equipo multidisciplinario que atiende el caso de Verena descartó tics, alergias, aunque creen que la joven sufre una orden errónea que el cerebro envía a su cuerpo.
PGG