La tragedia ocurrida en una mina artesanal de Kawama, República Democrática del Congo, ha vuelto a poner en evidencia, con una crudeza desgarradora, el panorama de condiciones infrahumanas y la precariedad laboral que enfrentan miles de trabajadores en las explotaciones mineras informales del país africano.
El desastre, que consistió en un gigantesco deslizamiento de tierra, fue capturado en un impactante video que circuló ampliamente, mostrando el momento exacto en que la ladera de la mina cedió.
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Las imágenes son un testimonio gráfico de la total ausencia de medidas de seguridad, mientras decenas de mineros se encontraban laborando en la zona, quedando sepultados sin posibilidad de protección.
Deslave en mina deja al menos 80 muertos
Según los reportes iniciales de las autoridades locales, el deslave resultó en la muerte de, al menos, 80 personas, aunque existe el temor fundado de que esta cifra aumente significativamente.
Los equipos de rescate y la comunidad temen que un número indeterminado de trabajadores permanezcan aún atrapados bajo la masa de escombros y tierra que cubrió la mina.
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Más allá de ser un evento fortuito, la catástrofe de Kawama se erige como una trágica manifestación de un modelo de explotación minera que opera sin ningún tipo de control efectivo.
Este esquema, impulsado fundamentalmente por el afán de lucro y la búsqueda de maximizar las ganancias por parte de estructuras de poder económico, condena a los trabajadores a arriesgar su vida diariamente en entornos sumamente peligrosos.
La escena de la mina de Lualaba ilustra cómo la precariedad laboral no es vista como una falla dentro del sistema extractivo, sino, irónicamente, como una pieza funcional que garantiza la rentabilidad y la continuidad de este lucrativo negocio.
DR