TEHERÁN. — Llorando entre los lamentos de cientos de miles de personas, el líder supremo de Irán rezó el lunes sobre los restos de un destacado general iraní muerto en un ataque de Estados Unidos en Bagdad, una operación que aumentó drásticamente las tensiones entre Teherán y Washington.
El ataque dirigido al general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani congregó a una multitud millones de personas según la policía en Teherán, donde su sustituto prometió que habrá represalias. Además, Irán abandonó los últimos límites de su acuerdo nuclear de 2015 con las potencias internacionales en respuesta al asesinato mientras que el parlamento de Irak pidió la expulsión de las tropas estadounidenses de su territorio.
Lo ocurrido podría acercar a Irán a construir una bomba atómica, a un ataque de terceros o militar impulsado por Teherán contra Estados Unidos y a permitir que el grupo extremista Estado Islámico se reasiente en Irak, convirtiendo a Oriente Medio en una región mucho más peligrosa e inestable.
Avivando las tensiones, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con exigir a Irak una compensación de miles de millones de dólares o imponer “sanciones que no han visto nunca antes” si siguen adelante con la idea de expulsar a los soldados estadounidenses.
La hija de Soleimani, Zeinab, amenazó directamente con un ataque al ejército de Estados Unidos en Oriente Medio en un discurso ante una multitud que se extendía hasta donde alcanzaba la vista en una de las principales avenidas de la capital iraní.
"Las familias de los soldados estadounidenses en Asia occidental (...) pasarán sus días esperando la muerte de sus hijos”, afirmó entre vítores.
La televisora estatal iraní y otros en internet compartieron un video que mostraba el tuit con una bandera estadounidense publicado por Trump tras la muerte de Soleimani convirtiéndose en un ataúd, y los “me gusta” del mensaje reemplazados por más de 143 mil "asesinados" con la etiqueta #severerevenge (venganza severa).
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, rezó sobre los féretros de Soleimani y de otras víctimas del ataque. Jamenei, que tenía una relación cercana con el general, llegó a llorar durante las oraciones tradicionales musulmanas por los fallecidos. La multitud también lloró.
El sucesor de Soleimani, Esmail Ghaani se mantuvo cerca del ayatolá, como hizo el presidente, Hasan Ruhani, y otros altos cargos de la República Islámica. Aunque Irán registró recientemente protestas en todo el país por el precio de la gasolina fijado por el gobierno que habrían causado más de 300 muertos, a los funerales por Soleimani acudieron políticos y líderes de todas las tendencias políticas, silenciando temporalmente ese descontento.
Los manifestantes quemaron banderas israelíes y estadounidenses y portaron un féretro cubierto con la bandera de Estados Unidos y efigies de Trump. Algunos describieron al propio Trump como el objetivo legítimo de la venganza iraní.
Mohammad Milad Rashidi, un graduado universitario de 26 años, predijo más tensión en el futuro.
“Trump acabó con la posibilidad de cualquier acuerdo entre Teherán y Washington", señaló. "Seguramente habrá más conflicto en el futuro”.
Ghaani lanzó su propia advertencia en una entrevista con la televisora pública estatal emitida el lunes. "Dios todopoderoso ha prometido vengarse. Y dios es el principal vengador. Con toda seguridad, se tomarán acciones”, afirmó.
Los mercados reaccionaron el lunes a las tensiones elevando el precio del barril de Brent, el índice de referencia internacional, por encima de los 70 dólares. Oriente Medio sigue siendo una fuente crucial de petróleo, y en el pasado Irán amenazó el Estrecho de Ormuz, el paso al Golfo Pérsico por el que circula el 20 por ciento del comercio mundial de crudo.
Tras muchos años fungiendo como la mano derecha de Soleimani, Ghaani asumió la dirección de las Fuerzas Quds de las Fuerzas Revolucionarias, un brazo expedicionario de la organización paramilitar que solo responde ante Jamenei. Ghaani está sancionado por Washington desde 2012 por su trabajo financiando operaciones en todo el mundo, incluyendo su trabajo con terceros en Irak, Líbano y Yemen.
Es probable que estos aliados participen en cualquier operación contra los intereses de Estados Unidos en la región o en cualquier otra parte.
La embajada de Estados Unidos en Arabia Saudí ya advirtió a los estadounidenses “del elevado riesgo de ataques con misiles y drones”. En Líbano, el líder del grupo insurgente Hezbollah, que cuenta con el respaldo de Irán, señaló que el asesinato de Soleimani ha hecho que las bases militares, los buques de guerra y los soldados de Washington en la región entren en juego para los ataques. Un antiguo líder de la Guardia sugirió que la ciudad israelí de Haifa y otras podrían ser atacadas si Estados Unidos ataca a Irán.
"Prometemos continuar el camino del mártir Soleimani con tanta firmeza como antes con la ayuda de dios, y a cambio de su martirio, nuestro objetivo es sacar de la región”, señaló Ghaani.
El director del programa aeroespacial de la Guardia, el general Amir Ali Hajizadeh, apuntó que la respuesta iraní no se limitaría a un único ataque.
“Disparar un par de misiles, alcanzar una base o incluso matar a (Donald) Trump no es lo suficientemente valioso como para compensar la sangre del mártir Soleimani”, manifestó Hajizadeh en la televisora estatal.
“La única cosa que puede compensar su sangre es la total retirada de Estados Unidos de la región y apartar su maldad de la gente oprimida en la región”.
cog