Debido al terremoto de 5.6 grados de magnitud en Indonesia el 21 de noviembre, al menos 268 personas han fallecido, sin embargo, las autoridades no han podido auxiliar a posibles sobrevivientes a consecuencia de nuevas réplicas del terremoto y por las fuertes lluvias que azotan el país.
Las autoridades advirtieron que los escombros debían ser despejados con urgencia alrededor de la ciudad de Cianjur, la más afectada por el sismo, debido a eventuales inundaciones repentinas o deslizamientos de lodo que podrían ser desencadenados por las fuertes lluvias previstas en los próximos días.
El último balance del desastre es de 268 muertos, mil heridos y 151 desaparecidos. Pero las fuertes lluvias y las nuevas réplicas del terremoto ralentizan las operaciones de búsqueda de supervivientes en una decena de pueblos, donde más de 20 mil casas quedaron destruidas.
Además, una réplica de magnitud 3.9 desencadenó el pánico de varias personas desplazadas que huyeron de sus refugios el miércoles por la mañana. Dos de los pueblos más lejanos siguen aislados, explica Henri Alfiandi, jefe del servicio de socorro, en un video publicado en las redes sociales.
"La gente allí ni siquiera puede pedir ayuda", precisa, señalando que se enviaron a la zona tres helicópteros.
Los aldeanos siguen atrapados, sin agua ni electricidad, y algunos deben dormir junto a sus muertos, detalla. En las localidades más cercanas a Cianjur, los habitantes tratan de recuperar entre las ruinas fotos familiares, libros religiosos y certificados de matrimonio dos días después del desastre de destruyó sus hogares.
"Tenemos ayuda alimentaria, pero no es suficiente. Tenemos con arroz, fideos instantáneos y agua mineral, pero no alcanza", explica a AFP Mustafa, de 23 años, un habitante del pueblo de Gasol.
Más de 58 mil personas han sido desplazadas por el terremoto, informó la agencia de gestión de desastres el martes.
Por su parte, el gobierno desplegó varios miles de efectivos militares y policiales. También proporcionó ayuda alimentaria y tiendas de campaña, pero las necesidades son inmensas.
MRG