Buenos Aires, 28 Jun (Notimex).- Las elecciones legislativas de Argentina se transformaron en una batalla entre el presidente Mauricio Macri y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ya que ambos se juegan su futuro político en estos comicios.
El próximo 22 de octubre, los argentinos renovarán parcialmente el Congreso al elegir a 24 senadores y 127 diputados, en unas elecciones que representarán una especie de referéndum para el gobierno de Macri, justo cuando llega a la mitad de su mandato.
Un triunfo de la gobernante alianza Cambiemos le abriría al presidente la puerta para la reeleción en 2019, pero una derrota le complicaría el camino a un segundo mandato.
Además, si no aumenta el número de legisladores oficialistas en ambas cámaras, la oposición puede frenar sus proyectos parlamentarios y el debate político será mucho más complejo.
Macri también aspira a que una derrota de Fernández de Kirchner aleje de manera definitiva los fantasmas de lo que él califica como “populismo”.
Apoyado por la prensa oficialista, el presidente ha construido el relato de que las millonarias inversiones que prometió durante la campaña no han llegado en su primer año y medio de gobierno por el temor de que el kirchnerismo vuelva a gobernar.
La expresidenta que gobernó durante dos periodos consecutivos, de 2007 a 2015, regresó a la política el sábado al registrarse como candidata a senadora en representación de la provincia de Buenos Aires, que es el distrito electoral más importante del país.
Con su postulación, Fernández de Kirchner aspira a consolidarse desde el Congreso como la líder de la oposición a Macri, lo que le posibilitaría una tercera candidatura presidencial para 2019.
La abogada que nunca perdió una elección legislativa ni presidencial arriesga su trayectoria política, porque las proyecciones electorales rumbo a octubre están plagadas de incertidumbre.
En la provincia de Buenos Aires se elegirán tres senadores, cargos que ocuparán los tres candidatos que obtengan mayor número de votos, pero a la expresidenta sólo le sirve quedar en primer lugar porque el segundo o tercer sitios representarán una derrota aunque logre entrar a la cámara alta.
El peor escenario es que Fernández de Kirchner ni siquiera llegue al Senado, lo que por ahora parece improbable ya que tiene un piso electoral de 30 por ciento de votos que aspira a incrementar durante la campaña.
En su contra tiene las múltiples causas de corrupción y a la macrista gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, quien es la política con mayor popularidad de Argentina, ya que goza de simpatías que superan incluso a su jefe, el presidente.
A su favor, la exmandataria cuenta con el empobrecimiento provocado por Macri en su breve lapso de gobierno y una economía en problemas que el presidente confía en que muestre mayores signos de recuperación para contrarrestar el voto en favor de su antecesora.