ESPECIAL.- Brasil y México son los países que lideran a América Latina para salir de una profunda depresión provocada por el coronavirus, pero las debilidades económicas crónicas mantendrán a la región como la del peor desempeño en el mundo en desarrollo.
Desde principios de junio América Latina es el epicentro mundial de la pandemia, y representa más de 40 por ciento de las nuevas muertes por Covid-19 en el mundo a pesar de que solamente tiene 8 por ciento de la población.
La magnitud de la crisis asestó un enorme golpe a economías que ya eran débiles. Si bien Brasil y México adoptaron un enfoque más laissez-faire (de no interferencia) respecto al coronavirus, la mayoría de las demás economías de América Latina quedaron paralizadas por confinamientos estrictos que duraron mucho más que en Europa o Asia.
Eric Parrado, economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, destacó que la región era inusual en términos globales porque tuvo que lidiar con una “triple parada repentina”, una interrupción de la actividad humana debido a los confinamientos y las restricciones de viaje, la reducción de comercio, las salidas de inversión extranjera y menores remesas.
“América Latina y el Caribe en 2020 es como un avión que vuela con dos motores averiados”, dijo.
“El primer motor descompuesto se relaciona con todos los problemas económicos preexistentes —crisis social en varios países, baja productividad y crecimiento y polarización política— y el segundo se relaciona con la pandemia”.
Se proyecta que el producto interno bruto de la región va a caer 8.2 por ciento este año, de acuerdo con Bank of America (BOA), un resultado mucho peor que en Medio Oriente, África o los países emergentes de Asia.
El próximo año, una recuperación débil significa que América Latina ni siquiera compensará la mitad de la producción perdida, con un crecimiento de solamente 3.5 por ciento, cree BOA.
“Los confinamientos en América Latina fueron lo suficientemente efectivos para matar la economía, pero no tanto como para detener el virus”, comentó Marcos Casarin, economista jefe para América Latina de Oxford Economics.
“México y Brasil juegan en una liga independiente en su mayor parte en la recuperación, después de que son los que menos cerraron y se recuperan más rápido que todos los demás hasta ahora”.
Las mayores revisiones recientes de los pronósticos han sido para Brasil, donde la mayoría de los bancos esperan ahora una caída en el PIB de alrededor de 5 por ciento este año, en lugar de la caída de 7 u 8 por ciento que se pronosticó anteriormente.
Las previsiones para 2021 muestran un crecimiento de poco más de 3 por ciento. Casarin advirtió que, a pesar de que se recuperaron más rápido de lo previsto, Brasil y México van a enfrentar un 2021 mucho más difícil.
“Tal vez México se recuperó primero, pero el primer 90 por ciento de la recuperación es el más fácil y el 10 por ciento restante será una lucha”, explicó.
“Las condiciones preexistentes comienzan a desempeñar un papel. México no tuvo inversión privada durante ocho trimestres consecutivos antes de la pandemia. ¿Lo tendrá ahora? No, no lo tendrá”.
Brasil entró en la crisis con finanzas públicas débiles y el presidente Jair Bolsonaro se enfrenta a una elección poco envidiable en el periodo previo a las elecciones de 2022: o retira el gasto gubernamental adicional que ayudó a la economía a recuperarse rápidamente o sigue gastando a pesar de los altos niveles de deuda pública, arriesgándose a una crisis del mercado financiero.
“Parece que hay una opción binaria para Brasil”, dijo William Jackson, economista jefe de mercados emergentes de Capital Economics en Londres. “O se queda (el ministro de Finanzas Paolo) Guedes, hay austeridad, más reformas y Bolsonaro pierde las elecciones. O hay una política fiscal más laxa, Guedes renuncia y los mercados entran en pánico. No hay un punto intermedio”.
Argentina, la tercera economía más grande de América Latina, ya se encontraba en una profunda recesión antes de la llegada del virus. Uno de los confinamientos más largos del mundo, en marcha desde mediados de marzo, todavía no logra contener la propagación de la infección y la economía permanece en coma, y se espera que el PIB caiga 11.5 por ciento este año, de acuerdo con los pronósticos de Citibank.
Las otras grandes economías regionales que entraron pronto y con fuerza en confinamiento fueron Colombia, Chile y Perú. Esperaban emular el éxito de Europa en contener el virus rápidamente, pero no pudieron prever cómo las grandes economías informales y los barrios marginales densamente poblados socavarían ese tipo de estrategia en LA.
Perú recibió elogios a escala internacional por cerrar pronto y con fuerza, mientras anunciaba una serie de medidas de estímulo para ayudar a los pobres. Pero de todos modos el virus arrasó los grandes mercados de alimentos abiertos del país, lo que llevó a un número de muertes per cápita que ocupa el segundo más alto del mundo después de Bélgica, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Como resultado, la economía de Perú se desplomó 30.2 por ciento interanual en el segundo trimestre, entre las peores caídas del mundo. Sin embargo, la economía se recupera rápidamente y se proyecta que crezca con mucha fuerza el próximo año; Casarin cree que estará entre los países con mejor desempeño económico de la región en la crisis del virus en general.
“Perú invirtió tanto como Brasil en desembolsos a los hogares y empresas, pero no había vulnerabilidades (de deuda) preexistentes y estaba en una buena trayectoria de crecimiento”, destacó.
De igual forma es probable que Chile salga de la crisis del coronavirus en mejor forma que la mayoría de sus vecinos. Sin embargo, Colombia se verá frenada por un alto nivel de muertes por el virus y una respuesta fiscal débil. Para Parrado, los líderes de la región deben usar la crisis como una llamada de atención para abordar los problemas que tienen desde hace tiempo.
“Necesitamos fuentes de crecimiento y que sea resiliente, inclusivo y sostenible”.
Impacto hasta de 5 por ciento en PIB de 2030 El producto interno bruto real de las principales economías desarrolladas puede ser entre 2 y 5 por ciento menor en 2030 comparado con el nivel al que pudo haber llegado en un escenario sin pandemia, de acuerdo con estimaciones de IHS Markit, que además destacó que las crisis no solo provocan recesiones a corto o medio plazo, sino que también pueden causar daños a largo plazo que lastran su avance. Daño a largo plazo en el sector viajes
De acuerdo con información publicada por la agencia EFE, en el ámbito laboral IHS Markit augura daños a largo plazo en los sectores de viajes y entretenimiento, que afectarán principalmente a los trabajadores menos formados. Pero la extensión del teletrabajo permitirá que sigan activos los padres que solían abandonar el trabajo para cuidar de los hijos.
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ESPECIAL.- Brasil y México son los países que lideran a América Latina para salir de una profunda depresión provocada por el coronavirus, pero las debilidades económicas crónicas mantendrán a la región como la del peor desempeño en el mundo en desarrollo.
Desde principios de junio América Latina es el epicentro mundial de la pandemia, y representa más de 40 por ciento de las nuevas muertes por Covid-19 en el mundo a pesar de que solamente tiene 8 por ciento de la población.
La magnitud de la crisis asestó un enorme golpe a economías que ya eran débiles. Si bien Brasil y México adoptaron un enfoque más laissez-faire (de no interferencia) respecto al coronavirus, la mayoría de las demás economías de América Latina quedaron paralizadas por confinamientos estrictos que duraron mucho más que en Europa o Asia.
Eric Parrado, economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, destacó que la región era inusual en términos globales porque tuvo que lidiar con una “triple parada repentina”, una interrupción de la actividad humana debido a los confinamientos y las restricciones de viaje, la reducción de comercio, las salidas de inversión extranjera y menores remesas.
“América Latina y el Caribe en 2020 es como un avión que vuela con dos motores averiados”, dijo.
“El primer motor descompuesto se relaciona con todos los problemas económicos preexistentes —crisis social en varios países, baja productividad y crecimiento y polarización política— y el segundo se relaciona con la pandemia”.
Se proyecta que el producto interno bruto de la región va a caer 8.2 por ciento este año, de acuerdo con Bank of America (BOA), un resultado mucho peor que en Medio Oriente, África o los países emergentes de Asia.
El próximo año, una recuperación débil significa que América Latina ni siquiera compensará la mitad de la producción perdida, con un crecimiento de solamente 3.5 por ciento, cree BOA.
“Los confinamientos en América Latina fueron lo suficientemente efectivos para matar la economía, pero no tanto como para detener el virus”, comentó Marcos Casarin, economista jefe para América Latina de Oxford Economics.
“México y Brasil juegan en una liga independiente en su mayor parte en la recuperación, después de que son los que menos cerraron y se recuperan más rápido que todos los demás hasta ahora”.
Las mayores revisiones recientes de los pronósticos han sido para Brasil, donde la mayoría de los bancos esperan ahora una caída en el PIB de alrededor de 5 por ciento este año, en lugar de la caída de 7 u 8 por ciento que se pronosticó anteriormente.
Las previsiones para 2021 muestran un crecimiento de poco más de 3 por ciento. Casarin advirtió que, a pesar de que se recuperaron más rápido de lo previsto, Brasil y México van a enfrentar un 2021 mucho más difícil.
“Tal vez México se recuperó primero, pero el primer 90 por ciento de la recuperación es el más fácil y el 10 por ciento restante será una lucha”, explicó.
“Las condiciones preexistentes comienzan a desempeñar un papel. México no tuvo inversión privada durante ocho trimestres consecutivos antes de la pandemia. ¿Lo tendrá ahora? No, no lo tendrá”.
Brasil entró en la crisis con finanzas públicas débiles y el presidente Jair Bolsonaro se enfrenta a una elección poco envidiable en el periodo previo a las elecciones de 2022: o retira el gasto gubernamental adicional que ayudó a la economía a recuperarse rápidamente o sigue gastando a pesar de los altos niveles de deuda pública, arriesgándose a una crisis del mercado financiero.
“Parece que hay una opción binaria para Brasil”, dijo William Jackson, economista jefe de mercados emergentes de Capital Economics en Londres. “O se queda (el ministro de Finanzas Paolo) Guedes, hay austeridad, más reformas y Bolsonaro pierde las elecciones. O hay una política fiscal más laxa, Guedes renuncia y los mercados entran en pánico. No hay un punto intermedio”.
Argentina, la tercera economía más grande de América Latina, ya se encontraba en una profunda recesión antes de la llegada del virus. Uno de los confinamientos más largos del mundo, en marcha desde mediados de marzo, todavía no logra contener la propagación de la infección y la economía permanece en coma, y se espera que el PIB caiga 11.5 por ciento este año, de acuerdo con los pronósticos de Citibank.
Las otras grandes economías regionales que entraron pronto y con fuerza en confinamiento fueron Colombia, Chile y Perú. Esperaban emular el éxito de Europa en contener el virus rápidamente, pero no pudieron prever cómo las grandes economías informales y los barrios marginales densamente poblados socavarían ese tipo de estrategia en LA.
Perú recibió elogios a escala internacional por cerrar pronto y con fuerza, mientras anunciaba una serie de medidas de estímulo para ayudar a los pobres. Pero de todos modos el virus arrasó los grandes mercados de alimentos abiertos del país, lo que llevó a un número de muertes per cápita que ocupa el segundo más alto del mundo después de Bélgica, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Como resultado, la economía de Perú se desplomó 30.2 por ciento interanual en el segundo trimestre, entre las peores caídas del mundo. Sin embargo, la economía se recupera rápidamente y se proyecta que crezca con mucha fuerza el próximo año; Casarin cree que estará entre los países con mejor desempeño económico de la región en la crisis del virus en general.
“Perú invirtió tanto como Brasil en desembolsos a los hogares y empresas, pero no había vulnerabilidades (de deuda) preexistentes y estaba en una buena trayectoria de crecimiento”, destacó.
De igual forma es probable que Chile salga de la crisis del coronavirus en mejor forma que la mayoría de sus vecinos. Sin embargo, Colombia se verá frenada por un alto nivel de muertes por el virus y una respuesta fiscal débil. Para Parrado, los líderes de la región deben usar la crisis como una llamada de atención para abordar los problemas que tienen desde hace tiempo.
“Necesitamos fuentes de crecimiento y que sea resiliente, inclusivo y sostenible”.
Impacto hasta de 5 por ciento en PIB de 2030 El producto interno bruto real de las principales economías desarrolladas puede ser entre 2 y 5 por ciento menor en 2030 comparado con el nivel al que pudo haber llegado en un escenario sin pandemia, de acuerdo con estimaciones de IHS Markit, que además destacó que las crisis no solo provocan recesiones a corto o medio plazo, sino que también pueden causar daños a largo plazo que lastran su avance. Daño a largo plazo en el sector viajes
De acuerdo con información publicada por la agencia EFE, en el ámbito laboral IHS Markit augura daños a largo plazo en los sectores de viajes y entretenimiento, que afectarán principalmente a los trabajadores menos formados. Pero la extensión del teletrabajo permitirá que sigan activos los padres que solían abandonar el trabajo para cuidar de los hijos.
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