Varios miles de personas se manifestaron en Hamburgo para protestar de forma pacífica contra la política de los principales jefes de Estado y de gobierno que se darán cita los 7 y 8 de julio en la cumbre del Grupo de los Veinte (G20) en la ciudad del norte de Alemania.
Desafiando una llovizna intermitente y temperaturas no mayores a los 20 grados, los manifestantes marcharon por las calles céntricas de la ciudad para formar una "ola de protesta". La policía cifró el número de participantes en unos 8 mil y los organizadores en 18 mil.
Mientras, unas 120 canoas y botes de remo poblaron el lago que forma el río Alster en el centro de Hamburgo. Muchas familias con niños participaron en la marcha en la que se vieron pancartas con inscripciones como "El planeta Tierra primero" o "A luchar contra la pobreza".
La asociación ambientalista Greenpeace, una de las organizadoras de la protesta, acusó a la líder alemana, Angela Merkel, de falsedad: de un lado se queja de la salida de Estados Unidos del acuerdo de protección del clima de París y del otro permite que 40 por ciento de la electricidad de Alemania sea generada por carbón fósil, afirmó la gerente de Greenpeace Alemania, Sweelin Heuss. "Acá no necesitamos declaraciones, sino hechos".
La primera gran manifestación, una autodenominada "Ola de protesta colorida, pacífica y creativa" a favor de la protección del clima, la justicia social y la democracia, fue convocada por una alianza de organizaciones ambientalistas, de protección al consumidor, agrarias, sindicales, de derechos cívicos y eclesiásticas. Los oradores también fustigaron los planes para la firma de un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Japón. "De nuevo se negocia en secreto, de nuevo hay justicia paralela para las grandes empresas", se lamentó el gerente de la agrupación Campact, Christoph Bautz, recordando las estancadas negociaciones para el acuerdo de libre comercio con EU.
Simultáneamente a la primera gran protesta con motivo del G20, un centenar de activistas de Greenpeace demandó el fin de la explotación de carbón pintando una consigna en el costado de un barco con una carga de 75 mil toneladas de carbón ruso en el puerto de Hamburgo.
La cumbre del G20 estará jalonada por casi una treintena de protestas de la más diversa índole y una de ellas promete convertir en un "infierno" a la ciudad del norte alemán.
Muchos se movilizarán a lo largo de la semana, movidos por la convicción de que un mundo mejor es posible o por considerar al G20 como una especie de "gobierno mundial" sin legitimación y que sirve para que las potencias cimenten su hegemonía a costa de los países más pobres.
La policía está preparada para evitar una escalada de violencia con más de 15 mil agentes e incluso con una cárcel montada expresamente para el G20. Asimismo ha erigido una zona de 38 kilómetros cuadrados en la que estará prohibido manifestarse durante los dos días que tendrá lugar la reunión de los mandatarios.