Un hígado de cerdo permanece flotando al interior de un frasco grande, el cual después de que había presentado un color rojizo marrón, sanó hace unas horas, y ahora es semitranslúcido, con tubos blancos similares a las ramas de un árbol.
Se trata de un hígado de cerdo que está siendo transformado paulatinamente para que se vea y funcione como uno humano, parte de la larga búsqueda de los científicos para aliviar la escasez de órganos para trasplantes en Estados Unidos a través de la bioingeniería de órganos de reemplazo.
El primer paso para los trabajadores en este laboratorio suburbano de Minneapolis es lavar con champú las células de cerdo que hacían que le órgano hiciera su trabajo, cuyo color se desvanece gradualmente hasta que las células se disuelven y eliminan al enjuagarlas. Lo que queda es un andamiaje parecido a la goma, una estructura del hígado en forma de panal, con vasos sanguíneos ahora vacíos.
Por lo anterior, se espera que las células de hígado humano, tomadas de órganos donados que no se pudieron trasplantar, sean introducidas a esa carcasa. Esas células vivas se mueven hacia todos los rincones del andamiaje para reiniciar las funciones del órgano.
“En esencia, regeneramos el órgano (…) Nuestros cuerpos ya no lo considerarán un órgano de cerdo”, mencionó el director ejecutivo de Miromatrix, Jeff Ross.
En algún momento de 2023, Miromatrix planea realizar las primeras pruebas en seres humanos, únicas en su tipo, de un órgano creado a través de bioingeniería para empezar a demostrar su validez.
Si la Administración de Alimentos y Medicamentos lo permite, el experimento inicial se llevará a cabo fuera del cuerpo de un paciente. Los investigadores pondrán un hígado de cerdo transformado en uno parecido al de un humano junto a una cama de hospital para filtrar temporalmente la sangre de alguien cuyo hígado falló repentinamente.
Además, si esa novedosa “asistencia hepática” funciona, significaría un avance crucial para que a largo plazo, se intente el trasplante de un órgano creado mediante bioingeniería, probablemente un riñón.
“Todo suena muy de ciencia ficción, pero tiene que empezar en alguna parte (…) Probablemente, esto es más de un futuro cercano que los xenotrasplantes”, dijo el doctor Sander Florman, jefe de trasplantes del Hospital Mount Sinai de Nueva York, uno de diversos centros que ya planean participar en el estudio de asistencia hepática.
Más de 105 mil personas están en la lista de espera para un trasplante de órgano en Estados Unidos. Miles morirán antes de que llegue su turno de recibirlo. Miles más ni siquiera son incluidas en la lista, ya que se considera que la posibilidad de que recuperen la salud es muy remota.
Amit Tevas, cirujano de trasplantes del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, mencionó que la cantidad de órganos disponibles no podrá satisfacer la demanda, por lo que los científicos recurren a lo animales para que sean una fuente adicional de órganos.
AA