La guerra de sanciones y represalias entre el Kremlin y la Casa Blanca se agravó ayer cuando Moscú acusó a Washington de querer allanar el consulado ruso en San Francisco, tras ordenar su cierre antes de que termine este día y prometió “una dura respuesta”.
“Las demandas de las autoridades estadunidenses crean una amenaza directa a la seguridad de ciudadanos rusos”, denunció la portavoz del ministerio de Exteriores, Maria Zakharova, mediante un comunicado desde Moscú.
“Los servicios especiales estadunidenses pretenden llevar a cabo un registro del consulado en San Francisco, incluidos los departamentos de los empleados”, explicó en el texto, precisando que ese allanamiento lo iban a realizar agentes del FBI (Buró Federal de Investigaciones).
El gobierno del mandatario Donald Trump ordenó la clausura del consulado ruso de San Francisco y de las misiones comerciales en Washington y Nueva York, en respuesta a la drástica reducción de 755 diplomáticos y empleados estadunidenses, en Rusia, ordenada a finales de julio por el presidente Vladímir Putin, en reacción a las nuevas sanciones económicas aprobadas por el Congreso estadunidense.
La presencia diplomática estadunidense quedó limitada a 455 personas, las mismas que trabajan en la representación rusa en EU.
Para Washington, el cierre de las misiones diplomáticas rusas responde al principio de “paridad” invocado por el Kremlin y no debería, por tanto, conllevar “nuevas represalias”, pero Moscú lamentó una “escalada” de las tensiones “iniciada” por EU.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, declaró ayer que su país se reservaba el derecho a responder a esta medida “tras haber analizado” la situación.
“Tendremos una respuesta dura a cualquier medida que venga sorpresivamente para perjudicarnos y que provenga únicamente del deseo de estropear nuestras relaciones con Estados Unidos”, dijo Lavrov en un encuentro televisado con estudiantes en la principal academia diplomática del país.
“Toda esta historia fue lanzada por la administración Obama para perjudicar las relaciones ruso-estadunidenses y no permitir que Trump las sacara del atolladero”, consideró al señalar al antecesor de Trump en la Casa Blanca.
Según Lavrov, el Congreso y la clase dirigente estadunidense “intentan atar de pies y manos [a la administración Trump], inventar, digamos, una injerencia rusa, un vínculo entre él y Rusia, entre su familia y Rusia”. “No hay ni un solo hecho” que atestigüe estas acusaciones, aseguró.
También desde Moscú, Yuri Ushakov, asesor de Putin, advirtió que “la administración (de EU) sigue destruyendo las relaciones bilaterales, quizá sin plantearse siquiera las consecuencias no solo para nuestros dos países, sino para la seguridad internacional en general”, dijo en rueda de prensa.
La controversia surge en momentos de crecientes tensiones entre los dos países, que han ventilado discrepancias en torno a las guerras en Ucrania y Siria, y particularmente en torno a denuncias en EU de que Rusia interfirió en las elecciones presidenciales de 2016.
Han aumentado las sospechas de que la campaña de Trump recibió ayuda rusa para inclinar los resultados a su favor, y hay varias investigaciones en curso sobre lo ocurrido.
EL "HACKEO" EN LA ELECCION FUE MAYOR DE LO REVELADO: "NYT"
La intervención electrónica o hackeo de parte de operadores rusos a los sistemas electorales estatales durante las elecciones presidenciales del año pasado en Estados Unidos fue más amplio de lo revelado anteriormente, reveló The New York Times (NYT).
En una investigación difundida ayer en su plataforma electrónica, el diario indicó que dependencias de los tres niveles de gobierno de EU han realizado poca de la indagación forense digital necesaria para evaluar el impacto del hackeo ruso en 21 estados.
Destacó que al menos tres proveedores de servicios electorales críticos fueron hackeados antes de la votación de noviembre de 2016. NYT citó además una investigación de agencias de inteligencia de enero pasado que aseguró que los hackers rusos “habían obtenido y mantenido el acceso a múltiples juntas estatales y locales de elecciones de Estados Unidos”.
Uno de los programas de cómputo empleados por Durham, ciudad de una mayoría de votantes demócratas, era VR Systems, una empresa que meses antes había sido penetrada por hackers rusos, precisó el Times.