Después de que el presidente Ashraf Ghani huyera de Afganistán y de que los talibanes tomaran el poder el 30 de agosto, las afectaciones políticas y sociales comienzan a verse en el país. Una de las consecuencias es el problema de la alimentación en infantes.
Según fuentes nacionales e internacionales los niños del país afgano están muriendo de hambre, pues hasta el sábado pasado murieron 17 niños, algunos de ellos fueron ingresados al hospital por presentar desnutrición en los últimos seis meses en la provincia de Ghor, indicó la agencia AFP el mulá Mohamad Amadi, director de los hospitales en esa región.
Aproximadamente 300 infantes recibieron tratamiento médico a causa de la malnutrición.
Según Mohamad Amadi, centenares de niños pueden padecer hambre en el centro del país.
El portavoz de Unicef, Salam al Janabi, dijo que no podía confirmar el número de niños muertos en Ghor, pero que "muchos de ellos están pagando este precio final". Además, mencionó que se están realizando informes sobre el peligro de la hambruna en Afganistán.
Según la agencia, tras el regreso al poder de los talibanes, este problema se acentúo debido a la crisis humanitaria en Afganistán. Esto se debe a las sequías, la alza en los precios de la comida y la pérdida de puestos de trabajo.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que a finales de año un millón de niños, de menos de cinco años, podrían sufrir una "malnutrición muy severa" y necesitar tratamiento médico para seguir con vida. Además, según la ONU, unos 3,3 millones, podrían padecer una "malnutrición grave" en Afganistán.
MGB