Una mujer de 44 años decidió ser piloto cuatro años después de que su marido murió en un accidente aéreo de Yeti Airlines en 2006, sin embargo, también falleció recientemente en la caída de un avión en Nepal, en el que viajaban alrededor de 70 personas.
Anju Khatiwada era copiloto del vuelo que se impactó cuando se aproximaba a Pokhara, Nepal, y que hasta la tarde del 16 de enero se han identificado 68 víctimas mortales, y pese a que no se ha encontrado el cuerpo de la mujer, se estima que esté muerta.
La familia de Khatiwada se negó a que ella dejara la carrera de enfermería y comenzara su entrenamiento para ser piloto en Estados Unidos. Al volver a Nepal, se unió a la misma aerolínea en la que trabajaba su esposo, Dipak Pokhrel.
Ambos dejaron a una hija, quien cuando murió su padre, tenía seis años, ahora es mayor de edad y vive en Canadá, de acuerdo a un amigo de la familia, Gopal Regmi, quien recordó que Khatiwada decía “quiero vestir el uniforme como mi esposo y trabajar como piloto”.
Khatiwada volvió a contraer matrimonio y tuvo un segundo hijo mientras formaba su carrera como aviadora. Amigos y familiares aseguraron que adoraba su trabajo y que era un placer estar con ella. Y que el hecho de que su primero marido muriera de esta forma es una tragedia dentro de otra.
Cabe señalar que el incidente de Yeti Airlines del 15 de enero es el más mortífero de Nepal en al menos 30 años, según la agencia Reuters.
Yati Airlines ha tenido siete accidentes desde que fue fundada en 1998. El incidente en el que falleció el esposo de Khatiwada, hace 17 años, acabó con la vida de nueve personas, según un portavoz de la aerolínea, Sudarshan Bartaula.
AA