Una cuidadora filipina salvó su vida y la de su empleadora Nitza Hefetz, de 95 años, cuando un terrorista de Hamás que había irrumpido en su casa en la frontera de Gaza las amenazó, sin embargo, la mujer le dio todos sus ahorros que había reunido para un viaje a Filipinas como “soborno” para que las dejara en paz.
“Abrí mi billetera y le dije que tomara todo lo que tenía, 370 dólares, sólo para salvarnos a mí y a Nitza”, dijo la cuidadora Camille Jesalva, de 31 años, al sitio de noticias Ynet. “Le mostré el billete de avión y le pedí que no lo aceptara”.
Posteriormente, el terrorista preguntó si había más dinero en la casa, y caminó por la propiedad con Jaslava, detrás de él. El integrante de Hamás tomó el celular de la mujer y se fue.
“Es un milagro que haya sobrevivido (…) Le dije a mi mamá que me iba a morir y le pedí que me enviara una foto de mi hijo porque sentía que no saldría viva de esto”, explicó Jesalva, quien además añadió que no ha visto a su pequeño de siete años desde hace más de un año.
Jesalva se encerró a ella y a Hefetz en la habitación protegida, donde pasaron varias horas hasta que llegó la ayuda.
La mujer, quien había trabajado anteriormente en Dubai, entendió que las personas que hablaban “muy agresivamente”, primero afuera de la casa y después adentro, lo hacían en árabe. Y de repente se encontró frente a los terroristas.
“Había muchos, y estaba segura de que nos matarían. Me levanté y le dije a uno de ellos: ‘hola, señor’, luego me preguntó: ‘¿dónde está el dinero’”, detalló la mujer.
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Cuando Nitza despertó, Jesalva le rogó a los terroristas que no les hiciera nada, ya que la señora de 95 años no entendía nada de lo que estaba pasando.
Después de que los terroristas se fueron, las dos mujeres se abrazaron en la habitación protegida hasta que llegaron los soldados israelíes. Jesalva tuvo que cancelar su vuelo a Filipinas para permanecer con Hefetz.
“Siento que no puedo dejarla, como si fuera mi mejor amiga. Ella confía en mí y yo confío en ella”, manifestó la mujer.
¿Hefetz no tiene a nadie más?
La hija de Hefetz, Yael Yareli, de 74 años, que vive en Kibutz Sha’ar Hagolan, en el norte del valle del Jordán, dijo que Jesalva se comunicó con ella esa mañana “muy estresada y asustada”.
Llamándola ángel, Yael dijo que Jesalva había salvado la vida de su madre, que ha vivido en el Kibbutz Nirim por 70 años.
AA