Una mujer acudió al médico debido a un dolor de muela que se pasó a una inflamación en el cuello en marzo de 2022, y cuando la doctora la mandó a realizar una tomografía, pero cuando después de dos operaciones le extrajeron los ganglios, le diagnosticaron cáncer de linfoma de Hodgkin.
Se trata de Jenifer Quevedo, una mujer de 28 años, de Chubut, Argentina, quien fue diagnosticada con cáncer de linfoma de Hodgkin, una enfermedad relacionada a células cancerígenas en el sistema linfático, y dos de sus tíos habían muerto por esa misma infección.
Después de tratamientos, tomografías y rayos sin para en el Hospital Regional, Quevedo comenzó con la quimioterapia, mientras su preocupación incrementaba cuando le llevó los análisis al especialista.
“Me dijo que mi caso era muy difícil porque tenía 18 ganglios y el 90 por ciento del cuerpo tomado (…) Estaba con vida normal, jamás lo imaginé. Le decía a la doctora que yo me sentía bien y no entendía cómo no había alternativas para curarme”, explicó Jenifer, quien dijo que sus partes afectadas eran el cuello, ingle, axilas y tórax.
La vida de Quevedo comenzó a cambiar radicalmente, tuvo que dejar de trabajar en atención al público, ya que cualquier virus del que se podía contagiar terminaría en algo peligroso, tampoco pudo seguir entrenando, por lo que tuvo que vender ropa desde su casa.
Cuando la quimioterapia empezó, la caída del cabello fue lo que más le afectó psicológicamente a Jenifer, pero poco después entendía que el aspecto físico era lo que menos le importaba, ya que quería recuperarse lo más pronto posible.
No obstante, el 27 de enero, un día antes del cumpleaños de Quevedo, la doctora vio su última tomografía y le adelantó algo que parecía imposible para la paciente, y es que le dieron la noticia de que faltaba poco para acabar con las quimioterapias.
“Ni ella entiende cómo me pude curar. Me dijo que había sido un milagro. Yo creo mucho en Dios, todo este tiempo le pedí que me cuide y me dé fuerzas”, expresó Jenifer.
El 7 de junio, Quevedo tenía que ir al Hospital Regional para su última quimioterapia. Y antes de terminar, su papá la llevó a un salón del centro médico con los ojos tapados, y descubrió que le prepararon una sorpresa, con su familia presente, incluyendo a su hijo de 11 años con una sonrisa. Un cartel color verde tenía el mensaje “Una leona venció al cáncer. Siempre al lado tuyo. Te queremos mucho”.
Cuando Jenifer salió del hospital, vi el carro de su papá totalmente decorado para la ocasión, y la llevaron a recorrer todo el centro de la ciudad, donde mucha gente la saludó y la felicitó, y se olvidó del dolor que sentía. Al terminar, llegaron a su casa, donde su mamá la esperaba con trompetas y bombos.
Ahora Quevedo tendrá que descansar un mes, y le quedará la etapa final relacionada a la Tomografía por Emisión de Positrones, tratamiento de radioterapia que sirve para extraer del cuerpo las células que mató la quimioterapia para que no queden residuos.
AA