Los restos de más de un centenar de personas fallecidas durante la explosión de una refinería de petróleo ilegal en el sur de Nigeria fueron enterrados en tres fosas comunes, señaló un responsable local del servicio de urgencias.
El suceso ocurrido el viernes 22 de abril entre los estados de Rivers e Imo es uno de los peores accidentes en una región donde el robo de petróleo y la refinería ilegal provocan pérdidas considerables para el mayor productor de crudo de África.
El presidente Muhammadu Buhari calificó esto como ‘catástrofe nacional', pues al menos 110 personas fallecieron en el incidente.
Los cuerpos quedaron calcinados, ningún familiar ni amigo estuvo durante el entierro de las víctimas pues los cuerpos carbonizados eran irreconocibles, lo que imposibilitó su identificación, dijo a AFP Ifeanyi Nnaji, responsable local de la Agencia Nacional de Gestión de Urgencias.
Las personas fallecidas fueron enterradas en tres fosas comunes en presencia de responsables locales del estado de Imo.
En la región del delta del río Níger hombres armados roban el crudo de los oleoductos de multinacionales, después lo refinan en lugares clandestinos y así venderlos en el mercado negro. Esta zona de Nigeria lleva décadas asolada por el vandalismo y la explotación ilegal de hidrocarburos por parte de estos grupos armados.
Mele Kyari, director de la compañía petrolera nacional, estimó que Nigeria pierde casi 250 mil barriles diarios por estos asaltos.
La inmensa riqueza en petróleo del país no se traduce en grandes beneficios para la mayoría de habitantes, que viven en la pobreza y acusan regularmente a las empresas petroleras de contribuir a la contaminación de su región.
La peor explosión de un oleoducto en Nigeria se produjo en octubre de 1998 en la localidad de Jesse, en el sur del país, en la que murieron más de mil personas.
AAM