Un bebé que nació bajo los escombros de su casa, derrumbada tras el sismo en Turquía y Siria en febrero, goza de buena salud, quiere a su familia adoptiva y hasta le gusta sonreír a desconocidos.
Se trata de Afraa, quien sobrevivió 10 horas bajo los escombros después de que sus padres y cuatro hermanos murieron aplastados por el terremoto en Jinderis, un pueblo en el norte de Siria.
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Cuando la pequeña fue hallada, todavía estaba unida a su madre por el cordón umbilical. En aquel momento, la historia de la bebé cautivó al planeta y gente de todo el mundo se ofreció a adoptarla.
Después de haber pasado días en un hospital en el norte de Siria, Afraa fue dada de alta y entregada a su tía paterna y su esposo, quienes la adoptaron y la crían junto con sus cinco hijas y dos hijos.
Afraa fue entregada a la familia de su tía días después de que se hicieron pruebas de ADN para confirmar que la niña y su tía estuvieran biológicamente relacionadas, de acuerdo a su padre adoptivo, Khalil al-Sawadi.
Este 5 de agosto, la bebé disfrutaba columpiándose en un columpio rojo que colgaba del techo mientras al-Sawadi la empujaba en un vaivén.
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“Esta niña es mi hija. Es exactamente igual a mis hijos”, dijo al-Sawadi, sentado con las piernas cruzadas con Afraa en su regazo.
Al-Sawadi comentó que pasa el día en un apartamento que renta, pero cuando anochece, la familia va a una sentamiento de carpas para dormir, ya que sus niños todavía están traumatizados por el sismo que mató a más de 50 mil personas en el sur de Turquía y en el norte de Siria.
De acuerdo a la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, más de cuatro mil 500 muertos y 10 mil 400 heridos fueron reportados en el noroeste de Siria debido al sismo. Se calcula que 43 por ciento de los lesionados son mujeres y niñas, mientras que el 20 por ciento son menores de entre cinco y 14 años.
AA