Mientras el mundo entero lloraba por Notre Dame, Greta Thunberg lo hacía por el planeta. La adolescente sueca, de 16 años, pronunció un emocionante discurso en el Parlamento Europeo que arrancó las lágrimas a más de un eurodiputado al recordar los estragos que está causando el cambio climático.
La activista pronunció un discurso de unos 15 minutos en Estasburgo, que acabó con los diputados puestos en pie aplaudiéndole. A lo largo de su intervención, Greta se emocionó y lloró mientras describía los catástrofes medioambientales a las que se enfrenta el planeta e hizo una comparación con el incendio que ha asolado la catedral de París.
"El mundo vio con desesperanza y tristeza cómo Notre Dame ardía. Algunos edificios son más que simples edificios, pero Notre Dame será reconstruido porque sus cimientos son fuertes. Ojalá nuestros cimientos fueran todavía más sólidos, pero temo que no sea así", dijo la activista en su discurso.
Thunberg, nominada al Nobel de la Paz por un grupo de diputados socialistas noruegos, pidió a los eurodiputados más "determinación" porque se está acabando el tiempo y alertó de que si no se actúa ya la situación será "irreversible para 2030", lo que supondrá "el fin de la civilización tal y como la conocemos ahora".
"La erosión del suelo fértil y la deforestación de nuestras selvas primigenias, la contaminación, la muerte de insectos o la eutrofización de nuestros océanos son desastres que se están acelerando por nuestra forma de vida y tenemos la impresión de que tenemos el derecho de continuar", añadió entre lágrimas.
La joven activista, que llegó a Estrasburgo (Francia) desde Estocolmo en tren por su rechazo a la contaminación que emiten los aviones, criticó que la Unión Europea celebre cumbres especiales sobre el Brexit y no sobre el cambio climático.
"Si nuestra casa estuviera en llamas -se dirigió a los eurodiputados- no dirían que tienen la situación bajo control y dejarían las condiciones de vida del futuro de todas las especies en manos de inventos que todavía tienen que ser inventados. No pierdan el tiempo discutiendo sobre impuestos o el Brexit. Dejen sus diferencias a un lado y empiecen a cooperar", zanjó.
Tras su intervención en Estrasburgo, Greta acudió a Roma, donde recibió el saludo del papa Francisco en la plaza de San Pedro. La activista esperaba al Pontífice con un cartel en el que se leía: 'Join the climate strike' (únete a la huelga por el clima).