ESPAÑA.- La comunidad de Murcia está preocupada por los diferentes ataques racistas que han estado teniendo en los últimos días.
El pasado domingo, un hombre de 52 años, militar retirado, asesinó de tres tiros a quemarropa en una bar de Mazarrón asa Younes Bilal, un ciudadano marroqí de 37 años casado con una española y con tres hijos.
Asimismo, el miércoles por la tarde, una mujer apuñaló a otra en la fila de alimentos del economato de Caritas al grito de “¡Sudaca! ¡Nos quitan la comida!”, según la policía local.
Autoridades correspondientes detuvieron a la presunta agresora a la que califican de “problemática y conocida en la localidad”.
La últimas víctima de racismo en la ciudad mencionan que está fuera de peligro “está fuera de peligro, pero la puñalada le llegó hasta el riñón”, señalan fuentes policiales.
La agresora se enfrenta a “un delito de lesiones o de tentativa de homicidio”, señalan las mismas fuentes, y también de odio, “si finalmente la víctima lo denuncia como un ataque racista”, advierten.
Según la ONG Caritas en Cartagena, la víctima es una mujer que acudió al banco de alimentos de la diócesis con su madre, como otras veces, ya que es usuaria del servicio.
Por otra parte, la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIM) manifestó su sentir tras lo ocurrido, “este último episodio de brutalidad racista contra los marroquíes y Marruecos en la campaña mediática por la crisis diplomática” entre España y el país africano, “basada en estereotipos y prejuicios trasnochados”, “Indignación, estupor y dolor”.
AG