ESPECIAL. - Estados Unidos conservó por poco su estatus de país libre del sarampión, otorgado por la Organización Mundial de la Salud, pese a que en lo que va del año registra mil 249 casos, su peor brote desde 1992, dijeron el viernes funcionarios federales de salud.
Los Centros para el Control de Enfermedades indicaron que el 75 por ciento de los casos de este año se asociaron con brotes en la ciudad de Nueva York y el estado de Nueva York. Atribuyeron la propagación a padres que no quisieron vacunar a sus hijos.
"Desde entonces, ambas jurisdicciones han pasado dos períodos de incubación para el sarampión sin casos adicionales reportados asociados con esos brotes a partir del 1 de octubre de 2019; sin embargo, la vigilancia continua es importante para garantizar que la eliminación se mantenga", dijo el informe.
Por lo general, un brote se considera extinto cuando no se informan nuevos casos de sarampión durante 42 días, que es el doble del tiempo de incubación. La enfermedad es altamente contagiosa y a veces mortal.
En 2000, Estados Unidos se declaró libre de la transmisión endémica del sarampión, lo que significa que no hubo transmisión continua durante un año, y el brote en Nueva York este año evitó por poco alcanzar ese umbral.
El último inicio de erupción asociado con un caso de sarampión en Nueva York, donde el brote se centró inicialmente en las comunidades judías ortodoxas, se registró el 19 de agosto.
Los funcionarios de salud atribuyeron el brote, que afectó a 31 estados este año, a un conjunto de padres estadounidenses que se niegan a vacunar a sus hijos porque creen, contrariamente a la evidencia científica, que los componentes de la inyección pueden causar autismo.
El secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Alex Azar, dijo en abril que el brote era "completamente evitable" y que era el resultado desafortunado de la elección de algunas personas de negar la seguridad comprobada de las vacunas.
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