Un atentado en contra de un mitin político en el noroeste de Pakistán dejó el saldo de 54 muertos, entre ellos 23 niños, según autoridades. Este hecho ocurre a unos meses de las próximas elecciones en el país.
El ataque, que ocurrió en la ciudad de Jar, a 45 kilómetros de la frontera con Afganistán, aumenta el temor a un periodo electoral sangriento. Recordar que Pakistán sufre una grave crisis política desde la destitución en abril de 2022 del primer ministro Imran Khan.
¿Cómo ocurrió el atentado?
Más de 400 miembros y simpatizantes del partido religioso conservador Jamiat Ulema-e-Islam (JUI-F), aliado clave de la coalición gubernamental, estaban reunidos el domingo bajo una carpa cuando un hombre detonó su chaleco lleno de explosivos cerca del escenario.
"Viví escenas terribles: cuerpos sin vida esparcidos por el suelo mientras la gente pedía ayuda a gritos", contó a AFP Fazal Aman, que se encontraba cerca de la carpa cuando la bomba explotó.
Shaukat Abbas, un alto funcionario del departamento antiterrorista, indicó que 54 personas murieron y agregó que 23 víctimas eran menores de 18 años. Anwar ul Haq, comisionado adjunto del distrito, confirmó el número de muertos.
El grupo Estado Islámico se reivindicó el ataque e informó en un comunicado emitido por Amaq, el órgano de difusión del grupo, que un combatiente detonó un chaleco explosivo en medio de la multitud. No es la primera vez que la rama local del grupo yihadista ataca mítines del JUI-F.
Además, el atentado se produce a unas semanas antes de la disolución de la Asamblea Nacional del país, en vistas a las elecciones previstas para octubre o noviembre.
Un escenario desgarrador
Zapatos ensangrentados aún yacían en el suelo el lunes, así como pernos de acero y otros elementos del chaleco que llevaba el autor del atentado.
También se podían ver trozos de cuerpos a 30 metros del lugar donde el hombre detonó el artefacto. Miles de personas asistieron el lunes a los primeros funerales. Uno de ellos homenajeó a dos primos de 16 y 17 años.
"No fue fácil para nosotros cargar los dos féretros. Esta tragedia ha destrozado a nuestra familia", dijo Naib Ullah, el hermano de uno de los fallecidos. "Nuestras mujeres están totalmente en choque y devastadas. Cuando veo las madres de las víctimas, pierdo mi propio valor", añadió.
El líder del JUI-F, el clérigo Fazl-ur-Rehman, empezó su carrera política como un islamista de línea dura. Aunque su partido sigue defendiendo políticas socialmente conservadoras, ha forjado recientemente alianzas con rivales laicos.
En el pasado, el religioso también facilitó negociaciones entre el gobierno y Tehreek–e-Taliban Pakistán (TTP), un grupo talibán local, rival del grupo Estado Islámico.
MRG