El papa Francisco lanzó este jueves 19 de mayo en el Vaticano un movimiento internacional de estudiantes comprometidos con la defensa del medio ambiente y del diálogo ante un grupo de jóvenes y artistas, entre ellos el líder de U2, Bono.
"Defender la naturaleza es defender la poesía de la creación, es luchar por la armonía", aseguró el papa, quien asistió al acto en una silla de ruedas debido a dolores en la rodilla que le impiden caminar o estar mucho tiempo de pie.
El anuncio de esta iniciativa fue en el Aula Magna de la Pontificia Universidad Urbaniana, en presencia de figuras del deporte y de la tecnología, en un clima de fiesta, con música, representaciones y cantos de diversos países.
No es la primera vez que el papa Francisco funda un movimiento internacional pues en agosto del 2013, creó la fundación pontificia Scholas Ocurrentes, una red mundial de jóvenes unidos a través de la educación y el deporte.
La red fue creada pocos meses después de su elección como pontífice, además está presente en 190 países y cuenta con cerca medio millón de escuelas de todas las religiones, tanto públicas como privadas.
El objetivo de Scholas Ocurrentes es promover la paz y la inclusión social a través de la educación y el deporte, cabe mencionar que este tema ha sido trabajado por el papa desde antes de su elección al trono de Pedro en 2013, cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Francisco lanzó también la Escuela Laudato Si', del nombre de la encíclica papal sobre el cuidado de la "Casa Común", a la que asisten en el Vaticano 50 estudiantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, España, Haití, Italia, México, Panamá, Paraguay y Portugal.
Durante el año los jóvenes desarrollarán proyectos de impacto socioambiental en sus comunidades e invitarán a personalidades del mundo de la cultura y la tecnología como el líder de U2, Bono Vox, a dar lecciones.
"Aquí se habla de cultura del encuentro, de la inclusión", comentó el cantante irlandes, quien será uno de los profesores de la escuela.
En marzo pasado, un decreto papal confirió a Scholas Ocurrentes un estatuto de "movimiento pontificio", convirtiéndose en el primer movimiento de la historia de la Iglesia creado directamente por deseo de un pontífice.