ROMA. — El Papa Francisco reclamó este domingo que la ayuda humanitaria llegue a los hambrientos en Tigray, una zona devastada por la guerra en el norte de Etiopía.
Soldados etíopes y eritreos están bloqueando los cargamentos de comida y otros materiales.
Francisco pidió el fin inmediato de los combates en Tigray, el regreso de la armonía social y “que se garantice toda la asistencia sanitaria y alimentaria”.
En su bendición del domingo a mediodía, Francisco dijo que pensaba en las personas de Tigray, “afectadas por una grave crisis humanitaria que ha expuesto a los más pobres a la hambruna. ¡Hoy se está produciendo una hambruna! ¡Hay hambre!”.
Según Naciones Unidas y grupos humanitarios, más de 350 mil personas en Tigray afrontan una hambruna y 2 millones más están a un paso de la peor hambruna desde la registrada en Somalia en 2011.
Campesinos, cooperantes y autoridades locales dicen que la comida se ha convertido en un arma de guerra, y los soldados roban o bloquean la ayuda alimentaria.
Más de dos millones de los 6 millones de habitantes de Tigray han huido de la región, incapaces de recoger sus cosechas.
La guerra en la zona comenzó en noviembre, poco antes de la temporada de cosecha, con un intento del primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, de desarmar a los rebeldes líderes de la región.
En un bando están las guerrillas leales a los destituidos y ahora prófugos líderes de Tigray.
En el otro, tropas del gobierno etíope, fuerzas aliadas de la vecina Eritrea y milicias del grupo étnico etíope Amhara, que se ven como rivales para las guerrillas de Tigray.
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