Ser periodista es una labor de alto riesgo, sobre todo, para aquellos que deben cubrir eventos bélicos, tal como la guerra entre Ucrania y Rusia. Esto le sucedió a la periodista rusa Anastasia Yelsukova, quien recibió un disparo mientras realizaba una cobertura cerca de la localidad ucraniana, Soledar.
Según videos difundidos en redes sociales, todo sucedió cuando Anastasia estaba cerca de Soledar (Ucrania), recientemente conquistada por el grupo paramilitar Wagner. En el video se puede escuchar como Anastasia menciona que hay un tiroteo justo a su lado, mientras se refugia detrás de una puerta.
Segundos después se escuchan los gritos de Anastasia y se observa como cae al suelo: una bala alcanzó su rodilla. La grabación se corta abruptamente para reanudar la transmisión minutos después, donde se ve a Anastasia tirada en el suelo y a paramédicos atendiéndola de inmediato.
“La reportera de guerra de primera línea de Readovka, Anastasia Yelsukova, resultó gravemente herida hoy cuando las fuerzas ucranianas bombardearon la estación Sol cerca de Soledar”, informaban medios locales rusos.
Los paramédicos, del grupo Wagner, no dudaron en atender a la periodista que luce más calmada mientras un militar realiza los trabajos correspondientes para detener la sangre y para que posteriormente Anastasia pueda ser trasladada a un hospital.
Pero la historia no quedó ahí, ya que uno de los videos más emotivos es cuando Anastasia reaparece en una cama de hospital, afirmando que “estoy viva, vivo y viviré”. Además, la periodista pudo recibir la visita de sus familiares, quienes no dudaron en abrazarla apenas volver a verla.
Algunos internautas han felicitado su labor y han reconocido lo peligroso que debe ser periodista en medio de una guerra.
“Ser tocado por la muerte de esa manera puede ser extremadamente traumático, espero que ella no deje pasar la ayuda psicológica”, comentó un usuario en Twitter. Mientras que otro agregó: “Esta mujer tiene más coraje e integridad que la mayoría de los hombres occidentales. La admiro y tiene mi simpatía”.
MRG