Polémica por el futuro de la aguja de Notre Dame

Emmanuel Macron habló de un "gesto arquitectónico contemporáneo" y desató la imaginación de los arquitectos, que buscan modernizar el paisaje de París.

Polémica por el futuro de la aguja de Notre Dame
Polémica por el futuro de la aguja de Notre Dame
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El debate sobre cómo hay que reconstruir la aguja de la catedral de Notre Dame de París, que se derrumbó en el incendio del 15 de abril, desata pasiones entre partidarios de mantenerla igual y los que prefieren innovar, a la espera del resultado de un concurso de arquitectos convocado por el gobierno.

En las redes sociales se suceden las burlas, con montajes en los que se ve la catedral coronada con una ducha, una torre al estilo de Disney o una pirámide de cristal.

Algunos de los montajes hacen referencia a las grandes fortunas que prometieron financiar la reconstrucción y que intentarían convertir el templo en un soporte publicitario.

Pero las bromas responden en parte a la imprecisión del gobierno. Según el primer ministro francés, Edouard Philippe, el concurso de arquitectos debería servir para decidir “si hay que reconstruir una aguja, si hay que reconstruirla idéntica o si hay que dotar a la catedral de una nueva aguja adaptada a las técnicas y al contexto de nuestra época”.

Vuelo a la imaginación

Por su parte el presidente Emmanuel Macron habló de un “gesto arquitectónico contemporáneo”.

La frase ha desatado la imaginación de los arquitectos, que podrían intentar modernizar el paisaje de París como ya hicieron en su momento Ieoh Ming Pei con la Pirámide del Louvre o Renzo Piano con el Centro Georges Pompidou.

Por el momento, pocos arquitectos se han pronunciado, aunque Jean-Michel Wilmotte, que construyó la iglesia ortodoxa rusa en París, propone una aguja de cristal que respondería visualmente a la pirámide del Louvre.

Otros proyectos están apareciendo en internet, como el del despacho Godart + Roussel de Dijon, que propone una cubierta de cristal en la que los turistas podrían pasearse para disfrutar de impresionantes vistas de París.

También hay otro proyecto anónimo que circula en las redes que apuesta por un circuito vegetalizado. Otros creen que son posibles soluciones mucho más innovadoras. “Se puede respetar el espíritu del edificio pero ser imaginativo. Viollet-le-Duc (que restauró la catedral en el siglo XIX) fue inventivo”, dijo el antiguo ministro de cultura Jack Lang.

Un poco de humildad

Desde hace varios días circulan peticiones en internet para pedir que se reconstruya la catedral tal y como era, muchas de ellas procedentes de asociaciones católicas.

Stéphane Bern, un conocido presentador de televisión francés que defiende la conservación del patrimonio, pidió “un poco de humildad” ante la catedral que fue construida originalmente por artesanos anónimos.

Bern es partidario de reconstruirla “igual” y el sábado criticó en una cadena de radio “los delirios de algunos arquitectos, que están esperando al acecho”.

Algunos apuntan que la mejor solución sería un concurso pero solo con arquitectos especializados en patrimonio, que conocen mejor las restauraciones.

Otros critican la prisa del gobierno por anunciar un concurso cuando todavía hay que estabilizar la catedral, cuando se cumple una semana del incendio.

Según Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, la restauración de un monumento no es una ciencia exacta. “Los principios de Varsovia (un foro organizado por la Unesco en mayo) alientan a que cada generación participe en los principios de edificación”, afirmó.

Secretos

Javier Sierra, autor de Las puertas templarias, novela en la que Notre Dame es protagonista, escribió en su colaboración más reciente para El Mundo que la destrucción de la aguja “se convirtió en el símbolo de la tragedia. Al día siguiente, los principales periódicos del mundo la llevaron a sus portadas. También éste. Y la imagen se unió en el acto a nuestra particular memoria gráfica junto a los fotogramas del asesinato de Kennedy, el derrumbe de las Torres Gemelas o la huella dejada por Neil Armstrong en la Luna”.

Como se ha recordado estos días, Notre Dame ha sido protagonista de novelas, poemas, películas, obras de arte y otras manifestaciones culturales.

El fervor es tal, que luego del incidente que hizo arder el monumento y atrajo la atención de todo el mundo, Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo se convirtió en la novela más vendida en la tienda de ofertas en línea Amazon.

Todo el universo suspendido

En El péndulo de Foucalt, Umberto Eco pregunta: “¿Quién había dicho que esa aguja de Notre Dame de la Brocante servía para ‘suspendre Paris au plafond de l’univers’ (suspender a París en el techo del universo)? Todo lo contrario, servía para que el universo quedase suspendido de su propia aguja, es lógico, ¿no se trata del Ersatz del Péndulo?”

Si buscáramos sinónimos, en la novela hay para escoger. “¿Cómo la habían llamado? Supositorio solitario, obelisco hueco, gloria del alambre, apoteosis de la pila, altar aéreo de un culto idolátrico, abeja en el corazón de la rosa de los vientos, triste como una ruina, sucio coloso del color de la noche, grotesco símbolo de poder inútil, prodigio absurdo, pirámide insensata, guitarra, tintero, telescopio, prolija como discurso de ministro, dios antiguo y bestia moderna...”.

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