La policía de Ecuador dispersó a alrededor de 50 indígenas con gases lacrimógenos, quienes impidieron la circulación con ramas de árboles de una considerable avenida de Quito, durante el noveno día de protestas contra el gobierno debido a los aumentos de los precios del combustible.
El grupo de indígenas salió de su lugar de hospedaje en la Universidad Salesiana y se dirigía hacia la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), la cual fue tomada por la policía durante el estado de excepción que encabeza en seis de las 24 provincias del país, incluso Pichincha, cuya capital es Quito.
Con la intención de detener el avance de los indígenas, las autoridades lanzaron bombas lacrimógenas a los manifestantes, y posteriormente, se dispersaron con los ojos llorosos por el gas y volvieron a reagruparse.
Cabe señalar que la CCE regularmente ha sido el sitio que recibe a indígenas que protestan contra los gobiernos de turno. Y de acuerdo a Wilsion Mazabanda, un indígena kichwa-panzaleo, que llegó el 20 de junio a Cotopaxi, el propósito de la manifestación era tomar la Casa de la Cultura y refugiarse allí.
El 20 de junio entraron alrededor de cinco mil manifestantes por el sur de la capital de Ecuador, de acuerdo con la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), la cual fue de suma importancia en el derrumbamiento de tres mandatarios entre 1997 y 2005.
Mazabanda, quien también es estudiante universitario, comunicó a Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, que ya estaban cansados del gobierno, que “el puesto le quedó pesado”.
Luego de la primera fricción con las autoridades, los manifestantes avanzaron dos cuadras más para acercarse, y otro grupo de policías anunciaron mediante megáfonos que debían protestar en paz. Mientras que los indígenas les solicitaban que bajaran las armas, a que eran un pueblo pacífico.
Luis Lara, el ministro de Defensa, mencionó que la democracia de Ecuador está en peligro ante la acción estipulada de personas radicales que obstaculizan la libre circulación de la mayoría de los ecuatorianos.
AA