BAGDAD. — La policía de Irak realizó disparos al aire con munición real y empleó balas de goma y docenas de botes de gases lacrimógenos el viernes para dispersar a miles de manifestantes en las calles de Bagdad, mientras los más jóvenes corrían para ponerse a cubierto y un denso humo blanco cubría un importante puente de la capital iraquí.
Durante los altercados, un manifestante murió por un disparo cerca de la puerta que lleva a la custodiada Zona Verde de la ciudad, explicaron funcionarios de seguridad que hablaron bajo condición de anonimato en cumplimiento con las normas del departamento.
Este fue el primer deceso en la nueva ronda de protestas antigubernamentales.
Más de 60 personas más fueron trasladadas a un hospital con problemas para respirar, según los responsables del centro.
Los enfrentamientos comenzaron a primera hora de la mañana tras la reanudación de las movilizaciones luego de un parón de tres semanas.
Las protestas son una continuación de las de principios de octubre contra la corrupción, el desempleo y la falta de servicios básicos, que se volvieron letales cuando las fuerzas de seguridad actuaron para repelerlas, empleando munición real durante días.
Las movilizaciones se extendieron entonces a varias provincias del sur de mayoría chií y las autoridades decretaron un toque de queda y cortaron el acceso a internet para tratar de frenar los disturbios.
Tras una semana de violencia tanto en la capital como en el sur del país, una investigación gubernamental sobre los incidentes determinó que las fuerzas de seguridad realizaron un uso excesivo de la fuerza, matando a 149 personas e hiriendo a más de 3 mil. Ocho efectivos de las fuerzas de seguridad murieron también en las protestas.
Las protestas, que no tienen precedentes a esta escala, amenazan con sumir a Irak en un nuevo ciclo de inestabilidad que podría ser el más peligroso desde que declaró su victoria sobre el grupo Extremista Estado Islámico hace dos años.
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