BAGDAD.- Una persona murió y 17 resultaron heridas el sábado cuando fuerzas de seguridad dispararon contra manifestantes en Irak, informaron autoridades.
Al mismo tiempo, líderes religiosos iraquíes han pedido calma y los políticos del país debaten cómo encarar el inédito estallido de descontento popular.
Una persona murió en Zafaraniya en el sur de Bagdad y 13 resultaron heridas, informaron funcionarios médicos y policiales. En el centro de Bagdad cuatro personas resultaron lastimadas, dijeron las fuentes que pidieron permanecer anónimas.
Irak se encuentra en medio de una profunda crisis política debido a las protestas. Los manifestantes protestan contra la falta de servicios públicos, y exigen empleos y el fin de la corrupción.
El sábado, decenas de manifestantes se congregaron en las calles cercanas a la Plaza Tahrir de Bagdad, aunque seguía prohibido el paso de vehículos. En otras partes de la ciudad abrían los negocios y el tráfico regresaba a la normalidad.
Los disturbios presentan el más grave desafío para Irak desde la derrota del grupo Estado Islámico hace dos años.
“Vamos a seguir, no daremos marcha atrás”, aseguró Abbas Najm, un ingeniero desempleado de 43 años que participó en una pequeña marcha el sábado. "Han sido 16 años de corrupción e injusticia. No le tememos a las balas ni a que mueran los mártires”.
Las fuerzas de seguridad habían abierto fuego directamente contra cientos de manifestantes en el centro de Bagdad el viernes, pese a llamados del máximo clérigo chií del país de que pare la violencia “antes que sea demasiado tarde”.
Resultó ser el día más mortífero de las protestas en la capital, con 22 muertos. Se informó que 183 personas resultaron heridas, mayormente en la cabeza o el pecho.
Según cifras oficiales, ello eleva el saldo de muertes a nivel nacional a por lo menos 65 desde que estallaron el martes las protestas en la capital y en provincias del sur.
La Comisión Iraquí para los Derechos Humanos, una entidad semioficial, calculó que son 93 las muertes y casi 4.000 los heridos.
A pesar del levantamiento del toque de queda el sábado a las 5 de la mañana, persistían las fuertes medidas de seguridad en Bagdad y estaba restringido el acceso a la Zona Verde, donde están las embajadas y dependencias públicas.
Cuadrillas de limpieza despejaban las calles, que quedaron sembradas de desechos y cartuchos de bala tras los choques más recientes.
Había fuertes medidas de seguridad en torno a la Plaza Tahrir, punto de concentración para los manifestantes. El puente que conduce a la plaza estaba bloqueado por vehículos blindados.
Comandos y vehículos militares estaban estacionados en torno a la plaza y a un radio de 2 kilómetros (1,2 millas).
mvls