SAN JUAN.- El futuro de Puerto Rico se encontraba sumido en la incertidumbre el jueves porque la Legislatura postergó una votación sobre quién debe ser el nuevo gobernador de la isla tras la salida de Ricardo Rosselló, quien renunció en medio de masivas protestas.
Rosselló _quien debe dejar el cargo el viernes a las 5 de la tarde_ nominó el miércoles a Pedro Pierluisi, quien representó a la isla ante el Congreso en Washington, para reemplazarlo. Pierluisi es considerado por la mayoría de los puertorriqueños como una figura conciliadora y poco controversial que probablemente no sufrirá una continuación de las protestas contra la corrupción y la mala administración.
Pierluisi sucederá a Rosselló si es confirmado por la Cámara de Representantes y por el Senado de la isla como secretario de Estado _como se conoce al puesto y que equivale al de vicegobernador_, lo que lo situaría como próximo en la línea de mando según la constitución puertorriqueña. El cargo está vacante actualmente y el Partido Nuevo Progresista de Rosselló tiene mayorías en ambas cámaras de la Legislatura por lo cual si se une, podría fácilmente nombrar al nuevo gobernador.
El principal obstáculo al nombramiento de Pierluisi parece ser el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, quien ha anunciado que no votará por el nominado de Rosselló y que desea el cargo para sí mismo. Rivera Schatz es una figura poderosa con estrechos lazos con la élite política y empresarial de Puerto Rico y su ascenso a la gobernación podría desatar nuevas protestas.
Poco después del inicio de la sesión senatorial el jueves, Rivera Schatz emitió fuertes cuestionamientos contra sus críticos y anunció que el Senado sostendrá una audiencia sobre Pierluisi el lunes.
Debido a que Pierluisi no ha sido confirmado, no queda claro si reemplazará a Rosselló el viernes o si el cargo pasará a la próxima en la línea de sucesión, la secretaria de justicia Wanda Vázquez, quien ha dicho que no lo desea.
El senador Luis Vega Ramos, del opositor Partido Democrático Popular, se quejó de que el encuentro sea sólo para un partido y a puertas cerradas, calificándolo de una maniobra para decidir el candidato para las elecciones del 2020.
“Esto se ha convertido en una reunión y una garata político partidista por quién se queda a cargo del Partido Nuevo Progresista y de la candidatura de la gobernación en el 2020”, dijo Vega Ramos.
El representante Gabriel Rodríguez Aguiló del PNP dijo que aceptaría audiencias públicas antes de una votación sobre Pierluisi, añadiendo que “ya las libretas se acabaron”, en referencia a que tantas personas llamaron para pedir la confirmación que a las secretarias que tomaban nota se les acabó el papel.
Varios parlamentarios han nominado a Rivera Schatz, candidato declarado para gobernador en las elecciones de 2020.
Tras el júbilo popular por la salida de Rosselló, muchos puertorriqueños han expresado su frustración por la parálisis y las pugnas políticas subsiguientes.
Si no se nombra un secretario de Estado para el viernes, la próxima en la línea de mando sería Vázquez, pero ella ha advertido que no desea el cargo. Los siguientes funcionarios en la cadena de sucesión son muy jóvenes y son funcionarios públicos de poco renombre, considerados no aptos para el cargo.
Algunos legisladores se han quejado sobre la labor de Pierluisi en un despacho legal que representa a la junta federal de control creada para supervisar las finanzas de Puerto Rico antes de que el territorio, abrumado por una deuda pública superior a los 70.000 millones de dólares, se declarara en una especie de bancarrota.
El cuñado de Pierluisi también encabeza la junta de control, cuyas exigencias para aplicar medidas de austeridad derivaron en varios enfrentamientos con Rosselló y otros funcionarios electos.
"Existe un grave conflicto de interés ", dijo el representante José Enrique Meléndez a The Associated Press.
mvls