El presidente ruso, Vladímir Putin, demostró su puntería en un campo de tiro a las afueras de Moscú con un rifle de francotirador fabricado por el consorcio Kaláshnikov. Putin se acercó al parque militar Patriot para presidir la comisión nacional de la industria de guerra y fue invitado por Kaláshnikov a probar su rifle SVCh-308.
Según medios locales, el líder ruso hizo cinco disparos desde una distancia de 600 metros y dio en el objetivo más de la mitad de las veces.
Especialistas de Kaláshnikov también mostraron al jefe del Kremlin algunas de sus nuevas creaciones, como el complejo motorizado Stená (Muralla), destinado a la Guardia Nacional y que debe ser utilizado en caso de disturbios callejeros.
Putin, que animó a la industria nacional a continuar desarrollando y fabricando armamento moderno, también participó en la ceremonia en la que se colocó la primera piedra de la catedral de las Fuerzas Armadas.
Según se supo, el Gobierno ruso asignará a defensa un 2.8% del producto interior bruto en 2019, con lo que se cumple la promesa de Putin de reducir el gasto en armamento tras completar en la última década un ambicioso programa de rearme.