WASHINGTON.- En los últimos dos meses, el presidente Donald Trump salió pocas veces de la Casa Blanca mientras se ocupaba de la respuesta nacional al coronavirus y buscaba minimizar exponerse a la enfermedad, pero eso cambió el martes, luego de que el mandatario estadounidense partió a Arizona para visitar una instalación de la empresa Honeywell que fabrica mascarillas N95 y según el presidente, esto quiere decir que comenzará a realizar viajes de forma más regular.
El viaje también significa que un pequeño ejército de asesores, expertos en logística y personal de seguridad —una camarilla de cientos que incluye a personal de la Casa Blanca, el Departamento de Defensa, el Servicio Secreto y más— reanudarán las giras y se arriesgarán en cierta medida para ayudar a Trump.
Además del viaje del martes a Honeywell, Trump dijo que viajará pronto a Ohio y a Nueva York en junio para la graduación de los cadetes de la Academia Militar de West Point. En julio viajará a Dakota del Sur para una exhibición de fuegos artificiales en el monte Rushmore, donde se encuentran las esculturas gigantes de cuatro presidentes. El presidente ha dicho también está ansioso por volver a la campaña electoral, aunque reconoció durante un foro de Fox News el domingo que tal vez no pueda realizar mítines en grandes estadios hasta los últimos meses antes de las elecciones del 3 de noviembre.
"He estado en la Casa Blanca durante muchos meses y me gustaría salir, por mucho que me encante... la casa más hermosa del mundo", dijo Trump al anunciar sus planes de viaje.
Mientras las autoridades de salud pública han pedido a los estadounidenses que pospongan los viajes no esenciales para ayudar a detener el coronavirus, Trump está tratando de acelerar los motores del avión presidencial Air Force One mientras intenta animar a un electorado conmocionado por las consecuencias de salud y económicas provocadas por el virus a que vuelva a la vida normal.
Los funcionarios de la Casa Blanca están tomando precauciones para evitar que Trump y el vicepresidente Mike Pence se expongan al virus. Los trabajadores de Honeywell que se reúnan con Trump el martes, al igual que cualquier otra persona que se acerque al presidente y al vicepresidente, primero deberán realizarse una prueba rápida para descartar que estén enfermos de COVID-19.
dezr
WASHINGTON.- En los últimos dos meses, el presidente Donald Trump salió pocas veces de la Casa Blanca mientras se ocupaba de la respuesta nacional al coronavirus y buscaba minimizar exponerse a la enfermedad, pero eso cambió el martes, luego de que el mandatario estadounidense partió a Arizona para visitar una instalación de la empresa Honeywell que fabrica mascarillas N95 y según el presidente, esto quiere decir que comenzará a realizar viajes de forma más regular.
El viaje también significa que un pequeño ejército de asesores, expertos en logística y personal de seguridad —una camarilla de cientos que incluye a personal de la Casa Blanca, el Departamento de Defensa, el Servicio Secreto y más— reanudarán las giras y se arriesgarán en cierta medida para ayudar a Trump.
Además del viaje del martes a Honeywell, Trump dijo que viajará pronto a Ohio y a Nueva York en junio para la graduación de los cadetes de la Academia Militar de West Point. En julio viajará a Dakota del Sur para una exhibición de fuegos artificiales en el monte Rushmore, donde se encuentran las esculturas gigantes de cuatro presidentes. El presidente ha dicho también está ansioso por volver a la campaña electoral, aunque reconoció durante un foro de Fox News el domingo que tal vez no pueda realizar mítines en grandes estadios hasta los últimos meses antes de las elecciones del 3 de noviembre.
"He estado en la Casa Blanca durante muchos meses y me gustaría salir, por mucho que me encante... la casa más hermosa del mundo", dijo Trump al anunciar sus planes de viaje.
Mientras las autoridades de salud pública han pedido a los estadounidenses que pospongan los viajes no esenciales para ayudar a detener el coronavirus, Trump está tratando de acelerar los motores del avión presidencial Air Force One mientras intenta animar a un electorado conmocionado por las consecuencias de salud y económicas provocadas por el virus a que vuelva a la vida normal.
Los funcionarios de la Casa Blanca están tomando precauciones para evitar que Trump y el vicepresidente Mike Pence se expongan al virus. Los trabajadores de Honeywell que se reúnan con Trump el martes, al igual que cualquier otra persona que se acerque al presidente y al vicepresidente, primero deberán realizarse una prueba rápida para descartar que estén enfermos de COVID-19.
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