Santiago, 5 Oct .- En un acto de conmemoración del plebiscito del 5 de octubre de 1988, que gracias al triunfo del “NO” implicó tener elecciones libres al año siguiente, Piñera calificó a quienes se opusieron a Pinochet como “visionarios”.
“Un grupo visionario de chilenos, entonces opositores al régimen militar -y habían encabezado esa oposiciónresolvieron enfrentar en forma pacífica, a través de las urnas, con un lápiz y un papel –y ésa fue la Concertación por el NO-, el desafío y la misión de recuperar nuestra democracia”, señaló.
En el plebiscito del 5 de octubre de 1988 ganó la opción “NO”, promovida por la centro-izquierdista Concertación, con el 55.9 por ciento de los votos contra un 44 por ciento del “SÍ”, que era defendida por las colectividades de derecha y que buscaba prolongar a la dictadura de Pinochet por ocho años más.
El triunfo del “NO” permitió la realización de comicios presidenciales en 1989, donde se impuso el demócrata cristiano Patricio Aylwin, quien asumió el poder el 11 de marzo de 1990 poniendo fin a 17 años de dictadura de Pinochet.
Piñera comentó que el 5 de octubre de 1988 “los chilenos tomamos una sabia y necesaria decisión, que significó abrir las puertas para iniciar o continuar una transición hacia una democracia que querían y necesitaban hacer, renovada y con toda la fuerza del mundo”.
“Yo creo que interpreto a la inmensa mayoría de mis compatriotas cuando digo que el 5 de octubre fue un día luminoso y esperanzador para nuestra democracia”, además de representar “un gran triunfo para la democracia y para los demócratas de nuestro país”.
El plebiscito, recordó, “abrió las puertas a una transición ejemplar en que todos hicimos nuestros mejores aportes. Y esa transición nos permitió recuperar nuestras libertades, nuestra amistad cívica y el respeto por los derechos humanos”.
El mandatario enfatizó que “todos nosotros pensamos que ningún contexto justifica ni justificará jamás la violación a los derechos humanos, que deben ser sagradamente respetados, en todo tiempo, en todo lugar, en toda circunstancia, por todos los chilenos”.
Puntualizó que el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra el presidente socialista Salvador Allende (1970-1973) “significó el derrumbe definitivo de nuestra enferma democracia”, la que venía en crisis desde la década de los 60.
Reconoció que la dictadura, tras el golpe de Estado de 1973, “restringió severamente nuestras libertades y cometió sistemáticos, graves e inaceptables atropellos a los derechos humanos de muchos de nuestros compatriotas”.
Piñera reconoció que la noche del 5 de octubre de 1988 la dictadura de Pinochet “honró su compromiso y reconoció el veredicto que había dado en forma clara y categórica una mayoría de chilenos”.
“Estos últimos 30 años de nuestra renovada democracia han sido uno de los mejores, sino el mejor período de nuestra historia.
Nuestro país ha vivido momentos estelares en los últimos 30 años, y los chilenos hemos demostrado durante estos momentos estelares la madera de la cual estamos hechos”, acotó.