LONDRES. — Los que lleguen a Gran Bretaña y hayan mentido sobre haber visitado a algunos de los países vedados a raíz de la pandemia del coronavirus podrían ser sentenciados a 10 años de cárcel, como parte de las duras restricciones anunciadas el martes por el gobierno británico.
Entre otras medidas, el secretario de Salud Matt Hancock anunció que los residentes del Reino Unido e Irlanda que lleguen a Inglaterra provenientes de países vedados tendrán que comprar un “paquete de cuarentena” por valor de 1.750 libras (2.400 dólares). Además, anunció una serie de multas para quienes no se atengan a las nuevas directrices.
“No me voy a disculpar por la dureza de estas medidas porque estamos enfrentando una de las peores amenazas a la salud pública en la historia de nuestra nación”, expresó el ministro ante parlamentarios.
“Los que violan estas normas están poniendo en peligro a todos los demás”, añadió.
Actualmente hay 33 países —entre ellos todos los de Sudamérica, Sudáfrica y Portugal— cuyos viajeros tienen prohibido entrar a Inglaterra debido a temores por la nueva variante del coronavirus.
Sin embargo, sí se permite la entrada de ciudadanos británicos o irlandeses y otros residentes del Reino Unido, siempre y cuando se coloquen en cuarentena por 10 días después de llegar.
A partir del lunes, no podrán aislarse en sus casas, a diferencia de los que lleguen de países que no están en lista prohibida. En lugar de ello deberán adquirir —a través de un portal de internet especial— un paquete que incluirá alojamiento, alimento, bebidas y pruebas de coronavirus para el segundo y octavo día de su cuarentena. El sistema, adicional a las pruebas ya exigidas antes de partir, será un requerimiento para todos los que lleguen a Inglaterra. Los que no cumplan serán multados.
Hancock anunció que el nuevo sistema entrará en vigencia el jueves y que el gobierno ha contratado 16 hoteles para un total de 4 mil 600 habitaciones en una etapa inicial.
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