LONDRES. — El negociador británico para el Brexit dijo que el Reino Unido “no teme irse” de las negociaciones comerciales entre las dos partes si la Unión Europea no cede en temas clave.
David Frost le dijo este domingo al periódico Mail que Gran Bretaña “quiere recuperar el control de nuestras fronteras y eso es lo más importante”.
Frost y el negociador de la UE, Michel Barnier, tienen previsto reunirse el martes en Londres para la octava ronda de negociación desde que Gran Bretaña salió del bloque de ahora 27 países el 31 de enero.
A esa salida política le seguirá una ruptura económica cuando, el 31 de diciembre, concluya un periodo de transición de 11 meses y Gran Bretaña deje el mercado único de la UE y la unión aduanera. Ambas partes intentan llegar a un nuevo acuerdo en temas de comercio, seguridad y otros, pero las conversaciones están estancadas.
Los puntos conflictivos son el acceso de embarcaciones europeas a aguas de pesca del Reino Unido y ayuda estatal a las industrias. La UE está determinada a asegurar un “campo de juego nivelado” para competir y que las firmas británicas no puedan socavar los estándares ambientales o de lugares de trabajo ni inyectar fondos públicos a las industrias del Reino Unido.
Londres acusa al bloque de hacer demandas que no ha pedido a otros países con los que tiene acuerdos de libre comercio, como Canadá.
Frost dijo que Gran Bretaña “no iba a comprometer los fundamentos de tener control sobre nuestras propias leyes”.
“No aceptaremos cláusulas de campo de juego nivelado que nos encasillen en la forma en que la UE hace las cosas”, dijo.
Ambas partes le han restado importancia a la posibilidad de llegar a un acuerdo, aunque parte de esa retórica es una forma de presión antes de semanas cruciales de conversaciones.
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LONDRES. — El negociador británico para el Brexit dijo que el Reino Unido “no teme irse” de las negociaciones comerciales entre las dos partes si la Unión Europea no cede en temas clave.
David Frost le dijo este domingo al periódico Mail que Gran Bretaña “quiere recuperar el control de nuestras fronteras y eso es lo más importante”.
Frost y el negociador de la UE, Michel Barnier, tienen previsto reunirse el martes en Londres para la octava ronda de negociación desde que Gran Bretaña salió del bloque de ahora 27 países el 31 de enero.
A esa salida política le seguirá una ruptura económica cuando, el 31 de diciembre, concluya un periodo de transición de 11 meses y Gran Bretaña deje el mercado único de la UE y la unión aduanera. Ambas partes intentan llegar a un nuevo acuerdo en temas de comercio, seguridad y otros, pero las conversaciones están estancadas.
Los puntos conflictivos son el acceso de embarcaciones europeas a aguas de pesca del Reino Unido y ayuda estatal a las industrias. La UE está determinada a asegurar un “campo de juego nivelado” para competir y que las firmas británicas no puedan socavar los estándares ambientales o de lugares de trabajo ni inyectar fondos públicos a las industrias del Reino Unido.
Londres acusa al bloque de hacer demandas que no ha pedido a otros países con los que tiene acuerdos de libre comercio, como Canadá.
Frost dijo que Gran Bretaña “no iba a comprometer los fundamentos de tener control sobre nuestras propias leyes”.
“No aceptaremos cláusulas de campo de juego nivelado que nos encasillen en la forma en que la UE hace las cosas”, dijo.
Ambas partes le han restado importancia a la posibilidad de llegar a un acuerdo, aunque parte de esa retórica es una forma de presión antes de semanas cruciales de conversaciones.
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