El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó la serie de atentados del domingo en Sri Lanka, que dejaron al menos 321 muertos.
"Los autores de los ataques contra los ciudadanos de los países de la Coalición (anti-EI) y los cristianos en Sri Lanka de anteayer son combatientes del EI", anunció el grupo yihadista a través de su agencia de propaganda Amaq.
Tras los atentados, el gobierno decretó el estado de emergencia, pues fueron calificados como los ataques islamistas más mortíferos en el sur asiático.
La policía local realizó a nuevas detenciones, por lo cual ya hay 40 detenidos desde el domingo. Los primeros datos de la investigación revelan que dos hermanos musulmanes, originarios de Sri Lanka, figuran entre los kamikazes en los atentados.
El número de víctimas también aumentó durante la noche, después de que sucumbieran varios heridos que estaban en graves. Entre las víctimas hay al menos 45 niños y adolescentes, entre ellos un bebé de 18 meses, y al menos 39 extranjeros informó la ONU en Ginebra.
Por su parte el ministro de Defensa esrilanqués, Ruwan Wijewardene, aseguró que los atentados fueron en represalia por el ataque contra los musulmanes de Christchurch, Nueva Zelanda, donde el 15 de marzo un ataque dejó 50 muertos en dos mezquitas.
El gobierno decretó hoy una jornada de duelo nacional, por lo que las banderas se colocaron a media asta en los edificios públicos, mientras que la radio y la televisión transmiten programas musicales.
Los 21 millones de habitantes de la isla realizaron tres minutos de silencio a las 08:30 horas locales, hora en que estalló la primera bomba el domingo 21 de abril, en la iglesia católica de San Antonio de Colombo.
En la iglesia de San Antonio, decenas de personas, con una vela en la mano, rezaron en silencio, sin poder contener las lágrimas.
Tras cumplirse los tres minutos de silencio, los fieles reanudaron la oración en voz alta.
Unos 30 kilómetros al norte de la capital, en la ciudad de Negombo, en la iglesia de San Sebastián, blanco de otro atentado suicida, fueron veladas varias de las víctimas.
Los féretros, que se iban sucediendo ante el altar de la iglesia, estaban rodeados de sus familiares en llanto.
"Hay tantos cuerpos que no podemos velarlos todos al mismo tiempo", dijo Anthony Jayakody, obispo auxiliar de Colombo que celebraba la misa.
Al mismo tiempo, las fuerzas de seguridad seguían buscando a los responsables de los atentados, atribuidos por el gobierno al grupo islamista National Thowheeth Jama'ath (NTJ).