Gaza, 21 Sep .- El Ministerio palestino de Salud en Gaza dio a conocer el saldo de víctimas en las protestas de este viernes y precisó que hasta ahora 180 palestinos han sido asesinados por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) desde que comenzó la Gran Marcha del Retorno hace 26 semanas.
Indicó que los soldados israelíes dispararon balas reales y proyectiles de acero recubiertos de goma contra los manifestantes que se congregaron en muchos campamentos a lo largo de la línea fronteriza, y causaron la muerte de Karim Mohammad Kullab, de 25 años.
Además, hirieron a otros 312 palestinos, incluidos 54 con balas reales, de los cuales cuatro son reportados por fuentes médicas en estado crítico, por lo que el número de muertos podría aumentar en las próximas horas.
Los lesionados más graves fueron trasladados al hospital y otros fueron atendidos en hospitales de campaña, agregó el ministerio en un comunicado. Por su parte, las FDI informaron que uno de sus efectivos sufrió heridas de metralla durante lo que describieron como “manifestaciones violentas” en las que participaron más de 10 mil palestinos a lo largo de la valla fronteriza que arrojaron artefactos explosivos, granadas y piedras contra los soldados israelíes.
Afirmaron que se registraron varios intentos de cruzar la valla, por lo que las fuerzas israelíes respondieron a la agresión y utilizaron técnicas de dispersión de multitudes según lo establecen las disposiciones legales.
El coordinador de Actividades Gubernamentales de las FDI en los Territorios, general de división Kamil Abu Rukun, instó esta tarde a los residentes del enclave dirigido por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) a que dejen de cooperar con el grupo. Advirtió que si continúan los ataques terroristas diarios, el gobierno israelí reducirá la zona de pesca de nueve millas a tres, lo que repercutiría directamente en la población civil.
Las protestas palestinas comenzaron el pasado 30 de marzo para exigir que se ponga fin al bloqueo israelí en la Franja de Gaza impuesto hace 12 años y que se permite el retorno de los refugiados a sus tierras, de las que fueron expulsados debido a la ocupación del Estado hebreo.