Las fuerzas rusas intensificaron su ofensiva el 28 de febrero, bombardeando la ciudad de Járkov y asediando el puerto de Mariúpol; esto ocurrió después del primer encuentro de negociaciones entre los representantes de Ucrania y Rusia.
Al respecto el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, mencionó que "El bombardeo contra Járkov es un crimen de guerra. Es terrorismo de estado por parte de Rusia".
Además, el gobernador regional Oleg Sinegubov informó, que los proyectiles están impactando la sede del gobierno local y también acusó al ejército ruso de usar "armas pesadas contra la población civil".
Mientras tanto los ataques en Mariúpol han dejado sin electricidad a este importante puerto ubicado en el mar de Azov. Cabe mencionar que el gobernador Oleg señaló, que la localidad vecina de Volnovaja, donde viven 20 mil habitantes, quedó casi "destruida".
Estas dos ciudades están entre el territorio que controlan los rebeldes separatistas prorrusos del este y la península de Crimea, que fue anexada por Moscú en 2014, por lo cual las tropas rusas intentan unir ambos territorios.
Por su parte, el comandante de las fuerzas separatistas del territorio prorruso de Donestk, Eduard Basurin, indicó que Mariúpol "quedará cercada por completo" y que sus tropas permitirán que los civiles salgan a través de "dos corredores humanitarios" abiertos hasta el miércoles.
Sin embargo, el avance del convoy está ya cerca del aeropuerto de Antonov, a unos 25 kilómetros de Kiev. Por lo cual las milicias ucranianas instalaron en la capital barricadas improvisadas y programaron los carteles electrónicos de las carreteras para advertir a los rusos que serán "recibidos con balas".
Hay que destacar que el gobierno de Ucrania informó, que han muerto 352 civiles y que hay dos mil 40 heridos. Mientras que las fuerzas rusas no han publicado ningún balance de lo que califican como "operación militar especial", pero reconocieron que sufrieron bajas.
Además, por el ataque en Járcov han reportado hasta el momento el deceso de 10 personas.
MRG