Berlín, 28 Jun (Notimex).- La Federación de Sindicatos Alemanes (DGB), la Asociación Paritaria Central de Alemania que trabaja contra la pobreza y otras 14 organizaciones sociales pidieron hoy al Estado que aumente los subsidios sociales, en el marco de un congreso de dos días que culminó hoy aquí.
Bajo el lema “Cambiar el rumbo: frenar la pobreza, crear futuro”, Alemania celebra este congreso por segunda vez. En 2016 se efectuó bajo el lema “Tiempo de actuar”.
Aunque Alemania es considerada como uno de los países más ricos de Europa, también se ve afectado por la pobreza relativa: pese al crecimiento y los buenos datos macroeconómicos, la cuota de pobreza en 2016 aumentó hasta el 15.7 por ciento de la población, frente al 14 por ciento del año precedente, de acuerdo con estudios de esas organizaciones.
Sin embargo, los ingresos netos de los hogares aumentaron de 2.5 a cuatro billones de euros. Ello se traduce en que el 10 por ciento más rico del país posee más que el 50 por ciento de la riqueza total, mientras la mitad más desfavorecida se tiene que conformar con el 2.5 por ciento de la riqueza. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertaron de la creciente brecha entre ricos y pobres en Alemania.
Constataron que la riqueza aumenta al mismo ritmo que la pobreza en el país, y que la diferencia entre ambos es cada vez mayor y las oportunidades de los menos privilegiados de mejorar son en Alemania tan bajos como en ningún otro países del oeste de Europa.
“La promesa central de que quien se esfuerza y se capacita mejora su vida, se cumple cada vez menos”, resumió el presidente de la asociación para la paridad en Alemania, Rolf Rosenbrock. "Alemania tiene potencial de hacer más justicia social, pero no lo aprovecha”, agregó.
Para cambiar la situación, Rosenbrock considera que es necesario aumentar los subsidios del programa Harz IV (mensualidad por concepto de desempleo) para adultos en al menos 80 euros (91 dólares) al mes.
Por su parte, la portavoz de la Conferencia Nacional sobre la Pobreza, Barbara Eschen, considera que niños y jóvenes deben tener una dotación justa que les garantice la protección social, para evitar el riesgo de exclusión. Entre otras cosas, debe garantizarles disfrute del ocio, de la cultura, de los medios de comunicación y acceso a la educación.
Mientras, Annelie Buntenbach, miembro de la directiva del sindicato DGB, pidió medidas contra la precariedad laboral, con una mejor regulación del trabajo temporal y las condiciones de los trabajadores autónomos, así como de quienes tienen un mini-trabajo, como se conoce en Alemania a los empleos a tiempo parcial remunerados con 450 euros (512 dólares) al mes.
Hace dos días se dio a conocer un alarmante informe que alerta que uno de cada cinco nuevos jubilados alemanes estará amenazado por la pobreza en 2036: el riesgo de pobreza en el grupo de edad de los que entonces tendrán 67 años subirá del 16 por ciento actual al 20 por ciento, señala un estudio presentado por la fundación Bertelsmann.
Mientras que quienes más sufren ese peligro son mujeres solas, ancianos, personas sin formación profesional y desempleados de larga duración.
A tres meses de las elecciones generales, en las que la canciller federal Ángela Merkel busca un cuarto mandato frente al candidato socialdemócrata Martin Schulz, la brecha entre ricos y pobres se convierte también en un factor electoral porque está demostrado que las personas con ingresos más bajos, menor educación y malas perspectivas de vida acuden menos a las urnas.
El escepticismo cunde entre estas personas porque no creen que el gobierno vaya a mejorar su situación, sea cual sea el partido que esté al frente.