BANGKOK. — Como esfuerzo del gobierno tailandés para combatir una nueva ola de contagios de coronavirus, las autoridades impondrán una multa de 20 mil bahts lo equivalente a 640 dólares para personas que no usen cubrebocas.
La capital, Bangkok, que tiene la cifra más alta de casos, también anunció el cierre de más de 30 categorías de negocios y servicios, como cines, parques, zoológicos, bares, piscinas y locales de masajes.
Se prohibieron las reuniones de más de 20 personas. Centros comerciales y grandes almacenes podrían seguir operando, pero con horarios reducidos.
Pese al rápido aumento de los casos, no había medidas nacionales en vigencia como cuarentenas, toques de queda o restricciones a los viajes, aunque algunas provincias habían recibido autorización para imponer sus propias restricciones, como cuarentenas obligatorias para visitantes de otras provincias. De las 76 provincias, 48 tenían sanciones por no utilizar mascarillas.
Las autoridades sanitarias anunciaron este lunes 2 mil 48 contagios nuevos y ocho muertes, el cuarto día seguido con más de 2 mil casos nuevos. En total, el país ha contabilizado 57 mil 508 casos y 148 muertes.
El gran número de casos ha hecho que falten camas de hospital y en las unidades de cuidados intensivos. También ha dejado sobre la mesa la incapacidad del gobierno para conseguir suministros adecuados de vacunas. Menos del 2 por ciento de los 69 millones de habitantes del país están vacunados.
Filipinas supera el millón de casos de COVID-19
El número de casos confirmados coronavirus en Filipinas superó el lunes el millón, en un nuevo hito sombrío para el país mientras las autoridades estudiaban si ampliar una cuarentena de un mes en la región de Manila en medio de un mortal repunte de los contagios o relajarla para combatir la recesión económica, el desempleo y el hambre.
El Departamento filipino de Salud reportó el lunes 8 mil 929 nuevos contagios, lo que elevó el total del país a un millón 6 mil 428, incluidas 16 mil 853 muertes.
Los totales son las segundas cifras más altas en el sureste asiático, por detrás de Indonesia.
Filipinas impuso su primera gran cuarentena contra el coronavirus en marzo del año pasado. Se cerraron la mayoría de los negocios, millones de personas quedaron confinadas en sus hogares y se suspendió el transporte público.
Las duras medidas se suavizaron más tarde, pero de todos modos la economía se contrajo un 9,6 por ciento en 2020. El desempleo y el hambre están en sus peores cifras en años.
Sin embargo, los contagios volvieron a subir el mes pasado a una de las peores tasas de Asia, lo que llevó al gobierno de Rodrigo Duterte a reimponer una cuarentena en la región de Manila, el corazón financiero y comercial del país y con más de 25 millones de habitantes.
Varios hospitales de la metrópolis dijeron estar sobrepasados y los pacientes de COVID-19 esperaban ante los hospitales en veredas, ambulancias y autos.
Responsables hospitalarios dijeron que muchos trabajadores sanitarios se habían contagiado o habían tenido que tomarse una baja por estrés y agotamiento.
Pese a un ligero declive en los casos nuevos, el secretario de Salud, Francisco Duque III, dijo creer que la cuarentena debería extenderse otra semana o dos. Las autoridades económicas han advertido que un cierre prolongado aumentaría el desempleo y frenaría la recuperación económica.
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