INTERNACIONAL.- Las personas presentes le rogaron al policía de Minneapolis Derek Chauvin que quitara su rodilla del cuello de George Floyd, pero Chauvin no cedía, y otro policía obligó a retroceder a quienes intentaron intervenir, dijeron testigos el martes en el juicio de Chauvin por homicidio.
Un testigo tras otro describió cómo Chauvin no hizo caso a sus ruegos, y la adolescente que tomó el video del arresto que desató protestas a nivel nacional testificó que el policía se le quedó mirando a la multitud en forma “fría” y “despiadada”.
“No le importó. Parecía como si no le importara lo que estábamos diciendo", dijo Darnella Frazier, de 18 años, con los ojos llenos de lágrimas.
Chauvin siguió arrodillado sobre Floyd mientras su colega Tou Thao contenía a la multitud de unas 15 personas, incluso después de que una mujer dijo ser bombera y rogó repetidas veces que le permitieran verificar el pulso de Floyd, según testigos y el video.
“Decididamente pusieron sus manos sobre el Mace (gas lacrimógeno) y todos retrocedimos", le dijo Frazier al jurado.
La bombera, Genevieve Hansen, lloró en el estrado al recordar cómo no se le permitió ofrecer ningún apoyo médico ni decirle a la policía qué hacer, como por ejemplo aplicar compresiones torácicas.
“Había un hombre que estaba siendo asesinado", dijo Hansen, que testificó vestida con su uniforme y explicó detalladamente el entrenamiento médico de emergencia con que cuenta. “Yo podría haber proporcionado atención médica lo mejor que sé. Y a este ser humano se le negó ese derecho".
Chauvin, de 45 años, está acusado de matar a Floyd, de 46, en mayo pasado al tenerlo sometido contra el suelo durante 9 minutos y 29 segundos aun cuando estaba esposado. Floyd, de raza negra, fue arrestado tras ser acusado de intentar pagar con un billete falso de 20 dólares en una tienda.
La muerte de Floyd desató protestas en todo el mundo, y en Estados Unidos provocó una discusión a nivel nacional sobre el racismo y la brutalidad de la policía.
El cargo más grave contra Chauvin, quien ya fue despedido de la policía, conlleva una pena de hasta 40 años de cárcel.
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