Asesino sentenciado a pena de muerte fue ejecutado acompañado de un sacerdote en Texas

Tras el crimen, Ramírez huyó a México y eludió a las autoridades por casi tres años y medio, hasta que fue detenido.

Texas aplica inyección letal/ Especial
Estados Unidos /

John Henry Ramírez, de 38 años, enfrentó la pena de muerte en Huntsville, Texas, donde fue declarado culpable de matar a Pablo Castro, empleado de una tienda de conveniencia de Corpus Christi, en 2004.

A las 6:27 p. m., John Henry Ramírez fue ejecutado por inyección letal. Después de un minuto, todo movimiento se detuvo. Su sacerdote puso su mano sobre el pecho del prisionero, tal como él lo había pedido. Los familiares de Pablo Castro, asesinado por Ramírez en 2004, atestiguaron la muerte.

John Henry Ramírez, quien fue ejecutado en Texas el miércoles, concedió su último deseo después de ganar el juicio de que su sacerdote lo acompañara cuando recibió la inyección letal: que lo tocara con su mano y que pudiera orar en voz alta.

De este modo, su caso redefinió el rol que pueden tener los asesores espirituales en las cámaras de ejecución de todo el país.

Poco antes de la inyección mortal, Ramírez dedicó sus últimas palabras a los familiares del hombre que asesinó y a su propia familia.

Los cuatro hijos y la nuera de Castro asistieron a la ejecución como testigos, separados de Ramírez por una ventana.

El sentenciado primero se dirigió a los Castro diciendo que se arrepentía y que esperaba que eso les ayudara a encontrar el cierre.

Tengo arrepentimiento y remordimiento… Espero que esto los consuele. Me alegro si esto les ayuda. Espero que esto de alguna manera los ayude a encontrar el cierre”, dijo Ramírez.

Luego, Jonh se dirigió a su familia y al pastor Dana Moore, a quienes les dijo que los amaba y que estaba listo para irse.


"A mi esposa, mis amigos, mi hijo y Dana, los amo a todos. Todo lo que sé es que estoy luchando. Bien hecho, estoy listo. Estoy listo, supervisor”, dijo Henry.

El pastor Dana que lo acompañó, tocó y rezó con Ramírez durante la ejecución, pidiendo paz para el sentenciado.

Dana Moore, pastor de la segunda Iglesia Bautista en Corpus Christi, estuvo en el corredor de la muerte después de que Ramírez lo eligiera para que lo acompañara a su muerte.

El caso de Ramírez ganó notoriedad nacional cuando su petición llegó a la Corte Suprema. El recluso pidió al estado de Texas que permitiera que un sacerdote lo tocara y orara por él cuando fuera ejecutado, pero inicialmente se le negó porque el procedimiento permitía que personas religiosas estuvieran presentes, pero no tocar ni orar en voz alta.

La demanda de Ramírez llegó a la Corte Suprema cuando se encontró una violación de la libertad religiosa. Por lo cual Ramírez ganó el caso.

Al asesor espiritual de Ramírez también se le permitió mantener una biblia en el corredor de la muerte, lo cual no estaba permitido, después de los rezos, el reo fue ejecutado a las 6:27 pm, después de que le inyectaran una dosis letal de pentobarbital, Ramírez fue declarado muerto 14 minutos después.

Después del acontecimiento uno de los hijos de Castro, Aaron, emitió un comunicado que fue recogido por los medios de comunicación e incluía una cita de la Biblia.

"Dios es el juez supremo, el jurado y el juicio para todos nosotros. ¿Quiénes somos nosotros para tener odio, ira y venganza en nuestras mentes? La verdad es que las cosas siempre han estado en manos de Dios. Paz, amor y justicia para Pablo Castro, que no se olvide su nombre, que la misericordia de Dios para Ramírez no dependa de nosotros. Él recibe su verdadero juicio por nuestro Señor y Salvador", declaró Aarón.

Por su parte el hijo menor de Castro, Fernando, rechazó las palabras del condenado a muerte, diciendo que eso no le regresaría a su padre y que solo eran palabras vacías.

"Su disculpa no traerá de vuelta a mi padre. Mi padre finalmente obtendrá justicia. Nos hicieron pasar un infierno. Sus disculpas son palabras vacías para mí", dijo Fernando. 

El crimen de John Henry Ramírez

Fue condenado en 2008 por el asesinato de Pablo Castro en 2004, empleado de una tienda de conveniencia.

Castro, que entonces tenía 46 años, sacaba la basura en el negocio de Corpus Christi. Los fiscales dijeron que Ramírez le robó a Castro un dólar con 25 centavos y luego lo apuñaló 29 veces.

El asesinato de Castro tuvo lugar durante una serie de robos realizados por Ramírez y dos mujeres después de estar bajo efectos de drogas y alcohol por tres días.

Tras el crimen, Ramírez huyó a México y eludió a las autoridades por casi tres años y medio, hasta que fue detenido.

SCA

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