El paso del supertifón Ragasa por el sur de Taiwán provocó una catástrofe este 23 de septiembre, cuando la ruptura de una barrera lacustre inundó un pueblo vecino, dejando un saldo devastador de al menos 14 personas muertas, 18 heridas y 30 desaparecidas.
Las autoridades del condado de Hualien, en el este de la isla, confirmaron las cifras mientras los equipos de rescate continúan una búsqueda desesperada de los desaparecidos.
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El desastre ocurrió tras las lluvias torrenciales descargadas por Ragasa antes de que el ciclón continuara su destructivo avance hacia el sur de China.
Un video obtenido por la agencia AFP capturó el momento en que la barrera cedió, desatando la inundación. Lee Kuan-ting, oficial de prensa del gobierno del condado, confirmó el balance de víctimas, señalando que las operaciones de búsqueda seguían en curso.
Mientras Taiwán lidia con esta tragedia, la región entera se mantiene en vilo por la furia de Ragasa.
El supertifón azotó el sur de China y Hong Kong, que declaró su nivel de alerta máxima, la señal de huracán número 10. Por la mañana el ojo de la tormenta se encontraba a unos 120 km al sur de Hong Kong, avanzando con vientos máximos de 195 km/h.
¿Cuáles han sido los efectos del Tifón en China?
La llegada del tifón paralizó la vida en el sur de China, dejando ciudades paralizadas e incluso evacuaciones masivas.
En Hong Kong, el transporte público fue suspendido, los comercios cerraron y se cancelaron las clases por dos días. La aerolínea local Cathay Pacific previó la cancelación de unos 500 vuelos. Los residentes, nerviosos, vaciaron los estantes de los supermercados para abastecerse.
En Shenzhen, ciudad al norte de Hong Kong, las autoridades ordenaron la evacuación de 400 mil personas y suspendieron la jornada laboral, las clases y el transporte. Medidas similares se tomaron en otras diez grandes ciudades del sur de China.
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En Filipinas, donde Ragasa tocó tierra el lunes, al menos dos personas murieron. Más de 10 mil residentes fueron evacuados en todo el país debido a las intensas lluvias y vientos que derribaron árboles y arrancaron techos.
Antes de la tragedia, en Taiwán ya existía preocupación por los posibles daños del tifón. James Wu, un funcionario de bomberos, había señalado a la AFP que se temía un impacto similar al del tifón Koinu de hace dos años, que causó estragos en la infraestructura local.
Los científicos advierten que el cambio climático provocado por la actividad humana está intensificando la potencia de estas tormentas, volviéndolas más peligrosas a medida que el planeta se calienta.
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