Cassidy Hutchinson, una asesora clave en la Casa Blanca durante el gobierno de Donald Trump, confesó el 28 de junio ante la comisión de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tenía conocimiento sobre algunas personas que se reunieron en una explanada capitalina durante el asalto tenían armas, pero le comentó a las autoridades que dejaran entrar a sus trabajadores, y que marcharan hacia el recinto legislativo.
Además, en la confesión, Cassidy dijo haber escuchado a Trump dar la orden de quitar los detectores de metales, pues este aseguraba que las personas armadas que estaban ahí no llegaron para hacerle daño.
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“Escuché al presidente decir algo como: ‘No me importa que tengan armas. No están aquí para hacerme daño. Quiten los detectores. Dejen entrar a mi gente, pueden marchar al Capitolio desde aquí. Dejen entrar a la gente, llévense los malditos detectores”, reveló Hutchinson.
Trump enfureció
En el testimonio de Hutchinson también indicó un momento donde Trump enfureció contra su personal del Servicio Secreto pues estos le impidieron dirigirse al Capitolio, ya que consideraron que representaba peligro contra su persona.
Ante esa situación, Cassidy dijo sentirse muy asustada por lo que pudiera pasar aquel día, incluso aseguró que el enojo de Trump contra el Servicio Secreto fue tan grande que se abalanzó hacia la parte frontal de su limusina presidencial e intentó girar el volante.
Hutchinson añadió que cuando el ex fiscal general de Estados Unidos, William Barr dijo a The Associated Press que el Departamento de Justicia no encontró evidencia de un fraude electoral generalizado, algo que Trump y su equipo aseguraba, el presidente saliente de EU se encontraba comiendo, y fue tanta su molestia que arrojó su almuerzo contra la pared.
MQ