El 26 de agosto, autoridades ucranianas distribuyeron pastillas de yodo a los ciudadanos que residen en los alrededores de la planta nuclear de Zaporiyia, que es considerada la más grande de Europa.
De acuerdo con el gobierno de Ucrania, las píldoras de yodo se reparten para ser consumidas en caso de una fuga radioactiva, ya que ayudan a la glándula tiroides a no absorber la radioactividad que es liberada tras un desastre nuclear. Sin embargo, dicha medida ha causado pánico entre los ucranianos.
En las últimas semanas, los bombardeos en la zona de la central de Zaporiyia se han convertido en un foco de preocupación para Occidente y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que ha insistido en la necesidad de detener cualquier "actividad militar" en torno a la planta.
Las autoridades ucranianas sospechan que Moscú pretende desviar el suministro de energía de Zaporiyia a la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
Además, la planta quedó totalmente desconectada de la red eléctrica ucraniana entre el jueves y el viernes por primera vez en cuatro décadas, debido a "acciones de los invasores", según Energoatom.
Por su parte el presidente Zelenski, dijo que la corriente fue interrumpida porque Rusia bombardeó la última línea eléctrica activa que conectaba la planta con la red nacional.
Ante un riesgo muy elevado de catástrofe nuclear, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que depende de la ONU, solicitó que sus expertos puedan acceder a la central.
La consejera del ministro de Energía ucraniano, Lana Zerkal, afirmó que hay una inspección del OIEA "prevista para la semana próxima". Pero Zerkal mostró su escepticismo sobre su realización, acusando a los rusos de imponer "artificialmente" condiciones para que los expertos no puedan acceder a la zona.
Moscú, que rechaza esa acusación, impidió el viernes la adopción de una declaración conjunta en la ONU sobre el Tratado de No Proliferación Nuclear.
Asimismo, Rusia rechazó en particular los párrafos que subrayaban una "gran preocupación" por las actividades militares en torno a las centrales eléctricas ucranianas y por la "pérdida de control" de Kiev sobre estos lugares.
El Ministerio británico de Defensa advirtió que unas imágenes satelitales mostraban una presencia importante de unidades rusas en la central, con vehículos blindados de transporte de tropas a unos 60 metros de uno de los reactores.
MRG